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Daños ambientales y de salud causados por combustibles adulterados


JOSÉ ANTONIO BELTRÁN MATA*

La adulteración de gasolinas representa un serio peligro para la salud pública. Aunque los combustibles de Pemex cuentan con especificaciones técnicas de calidad, no cuentan con la Norma Oficial Mexicana (NOM), lo cual significa que no hay garantía de calidad para el consumidor final.

Son motivo de mucha preocupación las declaraciones del Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina Pasquel, en el sentido de que el ozono que respiramos los ciudadanos y las partículas milimétricas son cancerígenas y causan 4 mil muertes al año. Esto es consecuencia del uso de aromáticos para adulterar las gasolinas y el diesel que se expende a distribuidores genéricos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

Esto significa que, en la práctica, de nada han servido las inversiones realizadas por la paraestatal a partir de 1990 para mejorar la calidad de los productos petrolíferos y retirar de ellos los compuestos tóxicos, a pesar de que a nivel mundial se exigió su control.

Por su parte, Pemex-Refinación ha realizado acciones e inversiones muy importantes para que las gasolinas y el diesel cumplan con estándares de calidad nacionales e internacionales y con lo exigido por los motores del parque vehicular de las compañías automotrices que operan en nuestro país y el de los vehículos de procedencia y fabricación extranjera.

Desde 1989, PEMEX Refinación inició una campaña para elevar la calidad del diesel, reduciendo los niveles de azufre, hasta llegar en la actualidad a un contenido máximo de 0.5% para el diesel desulfurado y de 0.03% para el Pemex Diesel, este último con un contenido de aromáticos del 30% y con un índice de cetano desde 52 hasta 55%, superando las especificaciones de este combustible producido en otros países, colocándose a la vanguardia del mercado mundial.

Además, es una tendencia mundial –a la que se ha adherido Pemex– retirar el plomo en la formulación de gasolinas, fundamentalmente por motivos ambientales, de salud y por ventajas económicas en lo que se refiere a costos de mantenimiento del vehículo. Se sustituye el plomo –para mantener el octanaje de las gasolinas– con algunos compuestos aromáticos, como el benceno, que son cancerígenos.

Ahora bien, estos compuestos aromáticos no constituyen un problema relevante cuando el vehículo que usa la gasolina sin plomo, es un vehículo con convertidor catalítico, porque controla sus emisiones. Pero, colocarle gasolina –ya no sin plomo, no lo digamos así– gasolina con compuestos aromáticos que sustituyen al plomo en un vehículo sin convertidor catalítico, constituye un tema relevante y de la mayor importancia que debe ser analizado desde el punto de vista ambiental y de salud. Sin embargo, ese análisis no se ha hecho.

Irónicamente, a partir de 1999,debido a la adulteración de las gasolinas permitida y legitimada por PEMEX Refinación, se incluyeron nuevamente compuestos tóxicos como benceno, butadieno, formaldehído, acetaldehído y aromáticos polinucleares en productos petrolíferos que se han comercializado por los distribuidores genéricos de la empresa paraestatal.

Es un asunto grave. La contribución a los casos de cáncer relacionados con la contaminación ambiental tiene como fuente en un 56% a los automotores, contribuyendo el butadieno en un 58% en el porcentaje de riesgo de provocar cáncer por contaminantes tóxicos, así como el benceno en 10%; partículas de gasolina en 13%, partículas de diesel en 15% y en un menor porcentaje, un 4%, participa el formaldehído.

Las advertencias sobre los peligros para la salud, expresadas por Molina Pasquel, coinciden con la denuncia constante que ha hecho desde 1999 la Asociación Nacional de Distribuidores en Combustibles y Lubricantes (ANDICOLUB) respecto de la adulteración de gasolinas. En un estudio recientemente entregado a los senadores de la República que integran la Comisión de Energía, denominado “Daños ambientales y de salud causados por los combustibles Pemex que son adulterados por comercializadores (distribuidores genéricos)”, dicha asociación subraya que a pesar de contar con especificaciones técnicas de calidad, los productos Pemex no cuentan con la Norma Oficial Mexicana (NOM), lo cual significa que no hay garantía de calidad para el consumidor final.

Señala, además, que los aromáticos que se agregan para sustituir el plomo en las gasolinas son cancerígenos y causan problemas al vehículo que no cuente con convertidor catalítico, por lo que los efectos perjudiciales por la exposición prolongada a gasolinas adulteradas van desde la leucemia, asma, tumoraciones bronquiales, anemia, retraso en el crecimiento infantil, saturnismo, hasta la perturbación del intercambio de bióxido de carbono en la atmósfera al impedir la penetración de la luz solar que permite la fotosíntesis en los árboles y plantas.

Los efectos perjudiciales de la exposición prolongada a gasolinas adulteradas son conocidos y los estudios epidemiológicos no ofrecen dudas sobre su mielotoxicidad e, incluso, su carácter incitador de leucemias. Sin embargo, la heterogeneidad de los datos existentes hace difícil establecer una relación precisa entre el nivel de contaminación, es decir, la concentración ambiental, y el valor de la exposición que realmente soporta, e inhala, la población. Si ello se conociese, a partir de unos valores de exposición cuyos riesgos inherentes fuesen considerados aceptables, el Senado de la República tendría la responsabilidad de tomar las medidas oportunas para penar dichos daños.

Por lo pronto, la ANDICOLUB ha propuesto a las autoridades, sin recibir respuesta, que se regrese a las prácticas comerciales que Pemex tenía antes de 1999 y se desconozca a los distribuidores genéricos, quienes han causado el mercado ilícito de combustibles y provocan la adulteración de los combustibles, con todos los daños que implica para los automotores, el medio ambiente y la salud.

*Ha sido asesor de la Presidencia de la República en materia de política internacional. Es fundador y presidente vitalicio de la Asociación Nacional de Distribuidores en Combustibles y Lubricantes (ANDICOLUB). Es autor de los libros "El empresario mexicano en la política", "El petróleo, un punto de vista personal" y "La estructura comercial en Petróleos Mexicanos".