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Energía a debate, Julio-Agosto 2008

 

¿Qué es el “pico del petróleo”?

 

El término Peak Oil se refiere a la tasa máxima de producción de petróleo en cualquier
área considerada, reconociendo que es un recurso natural finito, sujeto al agotamiento.

Colin Campbell, geólogo, fundador de ASPO.

 

Associaton for the Study of Peak Oil and Gas (ASPO)

 

Este concepto fue utilizado por primera vez por el geofísico norteamericano Marion King Hubbert. En su ensayo “Nuclear Energy and Fossil Fuels”, estableció que, en cualquier área geográfica, desde un simple pozo, al mundo en su totalidad, el perfil de producción del petróleo sigue una curva en forma de campana.

Esto quiere decir, en la práctica, que la producción de petróleo (y también el resto de combustibles fósiles) puede crecer con tasas exponenciales sólo durante un periodo limitado de tiempo, debido a las limitaciones físicas. También quiere decir que la cantidad de petróleo que se puede producir está limitada por las características físicas del depósito, su tasa de agotamiento y los costes económicos y energéticos de las operaciones relacionadas. Normalmente, los límites aparecen cuando la mitad del petróleo del depósito se ha extraído.

Las diferentes estimaciones del “pico del petróleo” para el mundo van desde aquellos que afirman que ya hemos pasado el pico (2005 para Deffeyes en el petróleo convencional, 2007 para ASPO), a aquellos que estiman un pico en la próxima década (2015 para el Instituto Francés del Petróleo) o en las próximas décadas (2020 para Total Fina Elf, más allá del 2030 para la Agencia Internacional de la Energía, la Administración de Información Energética y el Estudio Geológico de los Estados Unidos). Según un informe encargado por el Departamento de Energía de los Estados Unidos, necesitaremos al menos dos décadas para prepararnos para el pico del petróleo, si es que tomamos sólo medidas en el suministro y no en la demanda. Incluso si el pico del petróleo no llega hasta el 2030, debemos empezar a actuar ahora. De hecho, la Agencia Internacional de la Energía, en su Informe a Medio Plazo del Mercado del Petróleo de julio de 2007 ya ha advertido de que

Pese a cuatro años de altos precios del petróleo, este informe ve tensiones crecientes en el mercado más allá de 2010, con la capacidad excedentaria de la OPEP declinando a niveles mínimos en 2012. (...) Es posible atrasar la crisis de suministro, pero no por mucho tiempo.

 

 

Aunque la IEA no reconoce el pico del petróleo de manera explícita, puesto que esperan que la producción llegue a los 116 mbd en 2030 en su Escenario de Referencia, están reconociendo implicitamente los problemas causados por el agotamiento.

Desde la publicación del Informe a Medio Plazo del Mercado del Petróleo de julio de 2007, Fatih Birol, economista jefe de la agencia, ha sido entrevistado en varios medios de comunicación, y en cada uno de ellos ha sido muy claro, avisando de una crisis de suministro en los próximos siete años:

Así, 37,5 millones es lo que se necesita, y lo que esperamos son 25 millones de barriles diarios, y esto en el caso de que no haya atrasos en los projectos y que todo sea puntual, que es una cosa muy extraña. Así que tenemos una brecha de 12,5 millones de barriles por día.

El pico del petróleo no significa que el petróleo se agote rápidamente. El pico del petróleo no tiene que ver con el volumen de reservas, sino con los flujos del petróleo. Lo que se está agotando es la capacidad de sustituir los flujos de petróleo que perdemos cada año debido al agotamiento de los viejos yacimientos. El 20% del petróleo que consumimos hoy proviene de campos que tienen más de cuarenta años. También está disminuyendo el tamaño de los campos petrolíferos, los campos de petróleo gigantes están envejeciendo y necesitamos desarrollar un mayor número de pozos de petróleo para compensarlo. La nueva tecnología puede mejorar algo esta tendencia, pero no puede revertirla. El Mar del Norte y Tejas son la prueba de que la nueva tecnología y la inversión no crean nuevas reservas, sólo hacen que el petróleo se extraiga del subsuelo a mayor velocidad.

Este envejecimiento de los campos petrolíferos globales hace cada vez más difícil no sólo hacer crecer los flujos de producción, sino mantenerlos estables: cada año, dos terceras partes del nuevo suministro van a compensar el agotamiento de los campos viejos. El tamaño de los nuevos descubrimientos empezó a disminuir en los años sesenta, los recientes descubrimientos en las áreas de aguas profundas del Golfo de México y Brasil son evidentemente grandes, pero no cambiarán demasiado las cosas.

De hecho, los descubrimientos son menores de lo que se esperaba. El Servicio de Estudios Geológicos de los Estados Unidos esperaba descubrir 939.000 millones de barriles entre 1996 y 2030, pero a fecha de 2006, sólo se han descubierto 131.000 millones de barriles. Además, la mayoría de los proyectos más prometedores para la industria del petróleo están situados en localizaciones difíciles, ya sea por que representan un desafío técnico, por inestabilidad política o por falta de acceso (por ejemplo, debido a leyes nacionales o impuestos muy altos).

Lo que es a menudo denominado “cuestiones de superficie” (falta de acceso causado por varios factores como la geopolítica o cuestiones legales) juega un papel, pero de nuevo, los fundamentos de la situación son geológicos.

Si pudiesemos estar desarrollando pozos de petróleo terrestres con una producción de más de 1 millón de barriles diarios, no estaríamos hablando de perforar pozos ultra profundos en el mar o de los hidrocarburos no convencionales. La situación interna en los principales países exportadores también es importante: los precios del petróleo para los mercados domésticos son a menudo regulados e incluso las importaciones de productos destilados son subsidiadas.

A la vez, los grandes beneficios de la venta de petróleo inducen nueva actividad económica, que incrementa el consumo doméstico, reduciendo la capacidad exportadora.

Las arenas asfàlticas y los petróleos pesados como los de la Faja del Orinoco acumulan grandes volúmenes. Pero de nuevo, los flujos son lo que realmente importa. Escalar la producción de petróleo no convencional para compensar el declive del petróleo convencional será imposible. Los recursos de arenas asfálticas y pizarras bituminosas, aunque enormes en volumen, chocarán con toda clase de límites, como agua, gas natural para la mejora y generación de vapor, regulaciones medioambientales, etc., que influyen en la producción.

 

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos,
editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.