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Energía a debate, Noviembre-Diciembre 2008
 

La Comisión Nacional de Hidrocarburos

Una buena parte del éxito de esta comisión radicará en la independencia real que pudiera tener de su regulado: Pemex.

 

EDUARDO ANDRADE ITURRIBARRÍA*

 

La creación de una Comisión Nacional de Hidrocarburos satisface una necesidad de arquitectura del sector energético que se infería del decreto de Expropiación de Lázaro Cárdenas y que, como tantas cosas en México, fue soslayada, en este caso por 70 años.

Sin embargo, caben algunas preguntas, ¿por qué el gas asociado al carbón mineral no se regula aquí? En Canadá, las concesiones de gas natural, carbón y hasta petróleo se separan y administran individualmente. ¿Por qué en México se hizo un añadido simple a las concesiones de carbón sin exigir una contraprestación adicional por el gas grisú, tal como se solicita que se haga a la de Teléfonos de México (Telmex) para ofrecer televisión por la red telefónica como adición a su concesión original?

Cuestionamiento táctico. Dadas las características técnicas de esta comisión –y la falta absoluta de disenso respecto a sus atributos y credibilidad-–, ¿por qué no se le creó antes para que diagnosticara temas como la validez de la información sobre las reservas y coadyuvara en la decisión de necesidades de presupuesto y capacidades tecnológicas reales de Pemex para afrontar el reto de la reposición y explotación de nuevas reservas? Si el Senado, por mayoría absoluta, ya había avalado la calidad de los 5 directores y los 5 comisionados que conformarán este órgano, sería de esperarse que su dictamen respecto a temas básicos sobre la industria petrolera, como son la disponibilidad de hidrocarburos –en el sentido de existencia y facilidad de recuperación–, habrían sido resueltos con razones y metodologías técnicas y objetivas y no mediante la selección de ponentes en comparecencias de individuos que muchas veces respondieron antes a consignas partidistas que a fundamentos técnicos.

Más, en el sentido de la selección de personal. ¿Quién aceptará un encargo de un año como funcionario sin una perspectiva laboral posterior? Salir de un puesto en el sector gobierno conlleva abstenerse un año de ocupar un puesto en actividades dentro del sector en la iniciativa privada. ¿Qué hará una persona con la especificad técnica que demanda el encargo al ser relevado tan sólo después de un año? La pregunta es igualmente relevante para quien ocupara la posición tan sólo por dos años.

Para que la constitución del organismo tenga un sentido de creación de una institución robusta desde su inicio la duración inicial de los encargos deberían ser de 3 años –como el periodo que un diputado federal goza en el puesto–, 4, 5, 6 y 7 años; el potencial relevo sería de los 5 años descritos en la iniciativa. ¿Por qué, si nos resulta tan claro que ni los diputados, ni otros cargos de elección popular de 3 años pueden lograr gran cosa en tan corto periodo, condenamos a otros funcionarios públicos a periodos todavía más cortos?

¿No habría que acotar el perfil a ingenieros en especialidades relevantes al tema? ¿Un ingeniero agrónomo es aceptable? ¿Un informático? ¿Cuál es el sentido de un ingeniero civil en el organismo, o de un administrador público, abogado o economista? ¿Qué pasa si un mexicano tuvo estudios en el extranjero sin equivalencia a ninguna de estas profesiones –es decir, no tiene título de la Secretaría de Educación Pública (SEP)– pero tiene estudios de posgrado en temas petroleros? Desde luego que la administración pública, la economía, la contaduría u otras son necesarias, pero como soporte a las decisiones, la Comisión Nacional de Hidrocarburos es primero asunto de petroleros, geólogos y geofísicos. Punto.

Claramente la iniciativa apunta en la dirección correcta, pero una buena parte de su éxito radicará en la independencia real que pudiera tener de su regulado –Pemex–, dado que el perfil de las personas que pueden cubrir lo descrito en la misma necesariamente tendrán que ser funcionarios del mismo o personas que hayan laborado ahí recientemente. Después de todo, las funciones que haría la Comisión se hacen ahora mismo, pero al interior de Petróleos Mexicanos.

Y con base en la idea de que los temas sean resueltos por expertos, el asunto de temas polémicos como la producción de hidrocarburos en aguas profundas –el cómo y cuándo– debiera ser el primer encargo a esta comisión. Vamos hacia delante pero tarde. Esta comisión debía existir desde hace 70 años.

* Presidente de la Fundación México Necesita Ingenieros (mexiconecesitaingenieros@gmail.com).

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos,
editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.