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Cinco
grandes retos del sector energético
Toda nación moderna requiere de un sector
energético que sirva de cimiento para su desarrollo económico.
México no puede ser la excepción. La economía mexicana
requiere que ese sector sea un detonador de crecimiento. Para lograrlo, debemos
alcanzar acuerdos que nos permitan enfrentar y resolver los grandes retos por
delante, en beneficio de todos los mexicanos, de las generaciones presentes
y futuras.
CARLOS
MONTAÑO FERNÁNDEZ*
Es posible distinguir cinco grandes tareas o retos que se deben atender
prioritariamente en el sector. No son, de ninguna forma, los únicos.
El sector energético mexicano es muy complejo y su problemática
es, por lo tanto, muy diversa. Sin embargo, los retos que se describen a continuación
pretenden hacer una síntesis que permita entender de forma general los
asuntos más importantes que discutir y sobre todo resolver.
Estos son: (1) el abasto de energía, (2) el financiamiento de la inversión,
(3) consolidar empresas públicas de clase mundial, (4) garantizar certidumbre
jurídica, y (5) definir el papel de México en el entorno energético
mundial.
Abasto de energía
La demanda de energía, en todas sus modalidades (electricidad,
petróleo, gas natural, etc.) ha tenido crecimientos históricamente
altos. Es necesario considerar que pese a las crisis económicas que ha
vivido el país, las tasas de crecimiento de la demanda no han disminuido
drásticamente, solamentehan mostrado un crecimiento menos acelerado.
Por ejemplo, en 1995 la demanda de gas natural y de electricidad se incrementaron
3.5% cada uno, mientras que el PIB decreció (–6.2%).
En cuanto a la demanda de energía eléctrica, se espera que el
consumo crezca 5.6% anualmente durante los próximos 10 años, al
pasar de 191.2 gigawatts-hora (GWh) en 2003 a 298.2 GWh en el 2012. En el sector
industrial, el crecimiento esperado es incluso mayor, alcanzando 6.1%.
Para hacer frente a ese crecimiento, es necesario que el Sistema Eléctrico
Nacional (SEN) cuente en el 2012 con una capacidad de generación de 62,730
megawatts (MW). Con este fin habrá que agregar 25,757 MW de nueva capacidad,
considerando que teníamos 41,177 MW en diciembre del 2002 y que se está
programando el retiro de 4,204 MW entre 2003 y 2012.
El abasto de energía no sólo es un problema de satisfacción
de demanda. Como es conocido, las finanzas nacionales son dependientes de los
ingresos que por conceptos petroleros se generan, ya sea por venta de hidrocarburos
o bien por impuestos generados. Esto imprime una relevancia adicional a la situación
de la producción y desde luego al estado de las reservas petroleras.
Los datos muestran que las reservas petroleras probadas siguen cayendo, a pesar
de que ha crecido la inversión de Petróleos Mexicanos (Pemex)
en exploración y producción y la tasa de restitución de
reservas totales muestra una tendencia positiva. Diversos cambios en las metodologías
para la contabilización de reservas explican, en parte, la reducción
de las reservas que estos datos señalan. Más allá de buscar
una explicación contable a las tendencias, podemos deducir de estos datos
la subinversión que en años pasados se presentó en el sector.
Por ejemplo, durante el periodo 1994-2000 la inversión en exploración
y producción ascendió a 42,875.8 millones de pesos, para el lapso
2001-2004 ésta alcanzó los 101,376.2 millones de pesos, ambas
cifras a precios de 2004, esto es 2.4 veces más. Estos datos son también
una señal de que se requieren esfuerzos y recursos crecientes para enfrentar
el reto de abasto suficiente ante la declinación de algunos campos y
los nuevos desafíos tecnológicos que impone la explotación
de los nuevos yacimientos.
¿Qué situación guarda el gas natural en México?La
evolución de la demanda por gas natural está estrechamente vinculada
con la evolución del sector eléctrico y su creciente preferencia
por este hidrocarburo como combustible.Factores económicos, técnicos
y ambientales apuntan a la generación de energía eléctrica
por medio de plantas de ciclo combinado (consumidoras de gas natural) como una
solución a la demanda por electricidad.
Se prevé que la demanda nacional de gas natural pasará de 5,900
millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) en el 2004 a 9,389 MMpcd en
el 2012, con una tasa media de crecimiento anual de 6.8%.
El sector eléctrico será el que más gas demandará
en los próximos años. En el 2003, este sector representó
34.6% de la demanda total de gas natural; en el 2012, llegará a 44.5%.
Al ser el gas natural el combustible fósil más limpio disponible,
la elección de plantas generadoras a gas natural es la más adecuada
en términos ambientales y de costos.Por su parte, el sector industrial
representa el 22.3% de la demanda, y debido a los altos precios del gas natural
y a procesos de sustitución de combustibles en algunas ramas industriales,
su demanda crecerá en promedio un 5.3% entre 2002 y 2012, por debajo
del crecimiento de la demanda nacional.
Sin embargo, la oferta nacional de gas natural no crecerá al mismo ritmo
que la demanda.México mantendrá su dependencia de las importaciones
de gas natural e incluso es posible que la brecha entre la demanda y la oferta
se amplíe. En el 2012 se prevé un déficit de 2,566 MMpcd,
más de dos veces las importaciones actuales.
Sin duda, enfrentamos un reto en gas natural. Se prevé que el déficit
en México será cubierto con importaciones provenientes de Estados
Unidos en su mayoría. Sin embargo, estimaciones realizadas por el Departamento
de Energía de los Estados Unidos sobre la oferta de gas natural de Canadá
prevén que habrá menores exportaciones de este energético
hacia Estados Unidos. Estas previsiones señalan que Canadá usará
una mayor proporción de la producción de gas para extraer crudo
de sus yacimientos no convencionales en la provincia de Alberta. Esto podría
ocasionar cambios en el balance de gas natural estadounidense que presionarán
aún más los preciosy comprometerán la satisfacción
de la demanda en el mercado mexicano.
Adicional a la problemática de demanda presentada, existen algunos puntos
que se deben considerar en la descripción del reto del abasto de energía.
Se escucha frecuentemente que el sector energético no contribuye como
debiera a mejorar la competitividad y la productividad del país. Se reclama
también que los precios de los insumos energéticos son elevados
y muy volátiles y que la calidad de algunos productos y servicios no
se encuentra en estándares internacionales. Todo ello contribuye a la
pérdida de mercados y oportunidades de inversión.
Las empresas (y los consumidores en general) requieren energía a precios
competitivos y con una calidad a niveles internacionales. Se requieren insumos
energéticos confiables para atraer inversiones que generen empleos. ¿Cómo
satisfacer estas demandas por más calidad y precios competitivos? Esto
es parte integral del reto de abasto suficiente.
Financiamiento de la inversión
El gobierno, al mismo tiempo que debe resolver los problemas descritos
anteriormente, debe enfrentar compromisos de gasto en rubros como seguridad,
salud, educación y justicia que son sus más importantes obligaciones
ante los ciudadanos. De ahí la pregunta: ¿Cuánto se requiere
para alcanzar el abasto suficiente y cómo financiar las necesidades ante
las demandas de otros sectores?
En materia de financiamiento, se calcula que el sector eléctrico requerirá
582 mil millones de pesos en el lapso 2003-2012, mientras que Pemex tendrá
necesidades de inversión estimadas en 1.4 billones de pesos.
Básicamente, son cuatro las alternativas de financiamiento que el gobierno
tiene a su alcance: inversión presupuestal, inversión privada
directa, gasto diferido (Pidiregas) y deuda. En el renglón de la inversión
presupuestal, el gobierno enfrenta un dilema en cuanto a la elección
de prioridades. El presupuesto tiene muy poco margen de maniobra para asignaciones
fuera de los gastos que año con año se realizan. Las inversiones
anuales promedio previstas en los subsectores hidrocarburos y electricidad son
aproximadamente 200 mil millones de pesos. Comparemos esto con los montos que
en 2004 fueron asignados a la Secretaría de Educación Pública
(113 mil millones), a ciencia y tecnología (27 mil millones) o a la Secretaría
de Seguridad Pública (6 mil millones). Cualquier decisión por
incrementar los montos asignados vía el presupuesto implicaría
recortes en otros rubros. Por lo tanto no es posible, dada la estructura de
gasto actual, incrementar las inversiones vía presupuesto.
La inversión privada directa se encuentra restringida por el marco legal
actual. La Constitución reserva la mayoría de las actividades
para el Estado y sus organismos, dejando muy poco lugar a la inversión
privada. Algunas excepciones que se pueden destacar son aquellas inversiones
en la distribución y almacenamiento de gas natural. Otra excepción
importante está en el subsector electricidad, dónde se permite
la inversión privada en el segmento de la generación bajo cuatro
figuras: producción independiente, cogeneración, autoabastecimiento
y pequeña producción. Sin embargo, estos espacios son insuficientes
ante el tamaño del reto. En diferentes países del mundo –aún
en algunos con una amplia intervención del Estado en la economía–
se han establecido esquemas para permitir el flujo de recursos privados a los
sectores energéticos. En otros países, el estado limita su intervención
a ser el regulador, dando un amplio margen a la participación privada.
Si queremos que ésta sea una alternativa viable y a la altura del reto
que enfrentamos, sin duda tendremos que intensificar la búsqueda de esquemas
que permitan que la inversión privada complemente el esfuerzo del sector
público.
Otra alternativa para el financiamiento es el mecanismo de Proyectos de Infraestructura
Productiva de Largo Plazo, mejor conocidos como Pidiregas. Aunque los Pidiregas
se han empleado para resolver muchos de los problemas en los últimos
años, este esquema de inversión ya da muestras de agotamiento.
La participación de los Pidiregas dentro de las inversiones del sector
ha ido en aumento, pasando de 16% en 1997 hasta alcanzar el 71% en 2004. Los
compromisos de pagos en 2004 ascienden a 75,744.5 millones de pesos y se estima
serán de 150,510.5 millones de pesos en 2010 (sólo considerando
la modalidad de inversión directa).
La emisión de deuda sigue siendo una opción gracias a la estabilidad
macroeconómica del país. Sin embargo, hay limitantes. México
ya conoce las consecuencias de un sobreendeudamiento y lo difícil que
es recuperarse en caso de una crisis. Durante los años 70 y 80, se abusó
de este esquema y se privó del bienestar a varias generaciones de mexicanos.
Ante este panorama, las alternativas se hacen menos e implican un acuerdo en
el diagnóstico para poder avanzar en el tipo de soluciones que se puedan
implementar.
Consolidar empresas públicas de clase mundial
Un reto importante en el sector lo constituye el lograr que las empresas
del sector tengan la combinación correcta entre supervisión y
rendición de cuentas y autonomía de gestión.
Adicionalmente será necesario que, buscando las condiciones adecuadas
en el contexto de las finanzas públicas, se revisen los regímenes
fiscales a los que las empresas están sujetos. Estos esquemas se han
convertido en uno de los principales obstáculos para una mayor autonomía
de gestión y han desviado en algunos casos las decisiones de inversión
e impedido el crecimiento de la empresa.
Los órganos de gobierno, su composición y falta de independencia
son otro obstáculo para una operación eficiente.La creación
del Comité de Auditoría en Pemex, con sus consejeros independientes
para dar mayor transparencia a las operaciones y asegurar que haya divulgación
de información, es un paso en la dirección correcta pero falta
mucho por hacer aún.
Garantizar certidumbre jurídica
Los inversionistas cuentan con herramientas para mitigar los riesgos
que el mercado presenta. Sin embargo, no cuentan con los elementos para protegerse
de cambios en los marcos legales aplicables. El gobierno debe procurar la creación
de un marco legal estable y, dadas las condiciones que se plantearon sobre las
alternativas de financiamiento, sería deseable encontrar también
un marco legal que fomente la inversión privada.
El verdadero reto consiste en conciliar las posiciones para lograr un marco
jurídico que no deje dudas a los diferentes actores y que al mismo tiempo
permita que las inversiones encuentren en México un lugar atractivo,
manteniendo siempre la rectoría del Estado y procurando el mayor bienestar
para los ciudadanos.
Definición del papel de México en el entorno internacional
Finalmente, México debe estudiar el impacto de sus políticas
en el entorno energético mundial. No podemos abstraernos de la realidad
internacional y del comercio mundial de energéticos en el que activamente
participamos. El país está llamado, por su propio interés
y beneficio, a contribuir al ordenamiento de los mercados energéticos
internacionales, aumentando su cooperación e intensificando su participación
en diversos foros. En particular, habrá que consolidar el papel de México
como actor relevante para la estabilización del mercado petrolero.
En esta materia, se vive un momento en que la demanda global de petróleo
está alcanzando los techos de la producción mundial. Diversos
factores políticos a nivel mundial impulsan al precio del petróleo
a alcanzar niveles muy elevados. Los países consumidores miran hacia
los productores con la esperanza de que de alguna forma la oferta pueda ser
incrementada.
En México, los efectos de los precios del crudo son mixtos. Por una parte,
se cuentan con recursos excedentes dado que el precio promedio durante 2004
ha estado por arriba de la previsión oficial. Sin embargo, la economía
en su conjunto podría resentir los efectos negativos que sobre la economía
estadounidense pueden tener los altos precios. Esto nos lleva a evaluar con
mucho detenimiento la importancia que México puede tener en el contexto
del mercado internacional de petróleo.
El reto más importante
Este artículo pretende resaltar algunos de los problemas que
enfrenta el sector energético mexicano. El conocimiento a fondo de estos
problemas es un primer paso para encontrar una solución.México
tiene las condiciones para poder hacer de este sector un detonador de la economía
interna y motor del desarrollo del país. Cuenta con un subsuelo rico
en recursos, con bases macroeconómicas que favorecen la inversión
y con un mercado en crecimiento con altas expectativas de demanda.
Se han presentado en forma resumida los principales retos que se deben enfrentar
en lo inmediato para hacer que la industria energética crezca y eleve
su contribución como un sector medular de la economía nacional.
Sin embargo, es indispensable resaltar que el principal reto que tiene ese sector
frente a sí, es proponer un diagnóstico libre de cualquier duda
o posición intransigente para poder entonces construir soluciones que
tengan el respaldo de la mayoría y que beneficien a todos los mexicanos.
*Es licenciado en Economía del ITAM y maestro en Políticas
Públicas por la Universidad de Harvard. Se ha desempeñado como
asesor del secretario de Energía, como director general de Recaudación
de la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno del Estado
de Veracruz y como director de Política Económica de la Fundación
Miguel Estrada Iturbide. Actualmente, es director general de Planeación
Energética de la Secretaría de Energía. Los puntos de vista
expresados en el artículo no reflejan necesariamente la posición
de la Sener. (cmontano@sener.gob.mx)