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Congruencia economica y el significado del nacionalismo en un mundo globalizado

RUBEN FLORES GARCIA *

Todo lo humano, si no avanza, retrocede

Edward Gibbon.

La política económica mexicana, en al menos los últimos 15 años, ha estado dirigida a la incorporación del país en el comercio mundial globalizado.México ha firmado tratados y acuerdos de libre comercio con gran parte de las naciones y bloques comerciales del mundo y se ha afiliado a las más importantes asociaciones mundiales comerciales. En todos los acuerdos y tratados que se han firmado, es común encontrar términos tales como preferencias arancelarias, trato de nación más favorecida, trato nacional a las empresas de los países firmantes, etc.

Lo anterior tiene implicaciones diversas. Por una parte, las empresas establecidas en México están siendo expuestas a la feroz competencia internacional, lo que las ha obligado a modernizar y optimizar sus procesos lo más rápidamente posible, ya que la velocidad a la que una organización se transforma para enfrentar la competencia, determina su posibilidad de supervivencia. En este contexto, la energía en general y la electricidad en particular, como insumos de la actividad productiva, resultan de importancia fundamental para el éxito o fracaso de las empresas mexicanas en el ambiente globalizado. La única manera de crear empleos en México es tener empresas que puedan competir en el actual ambiente comercial.

La electricidad en México debe dejar de verse como un elemento de finalidad única, y adicionalmente al objetivo tradicional, de justicia social, se le debe considerar como un insumo industrial clave para la sobrevivencia de las empresas mexicanas.

Antiguamente, cuando el país estaba cerrado a la competencia comercial y existían barreras arancelarias, los productores mexicanos podían trasladar a los consumidores cualquier incremento en las tarifas sin perder clientes, dado que éstos eran cautivos. En la actualidad, si esto se hace se corre el riesgo de quedar fuera del mercado.

Es por eso que si deseamos fuentes de trabajo en el país, se les debe ofrecer a las empresas que se establezcan en México al menos las mismas condiciones de abasto a las que tienen las establecidas en otros países con los que se compite.

Una política económica congruente no expone a su planta productiva a la competencia y la limita a que ésta compre exclusivamente sus insumos de las empresas oficiales al precio que éstas fijen, prohibiendo por ministerio de ley que los puedan adquirir de algún otro proveedor, no obstante que éste pudiese ofrecer sus servicios en condiciones más favorables que las empresas oficiales.

Si se quiere tener una política económica congruente, el marco legal debe permitir la libertad de que las empresas mexicanas adquieran sus insumos energéticos libremente. El argumento de que se entregaría a los mejores consumidores de los organismo públicos a los privados es una falacia, porque las empresas públicas se verían obligadas a reaccionar y en consecuencia hacerse más eficientes y, sin subsidiarlos, ofrecer mejores condiciones a sus usuarios para evitar la pérdida de clientes.

Como ejemplo, podemos citar las declaraciones de Jack Chambers, presidente y CEO de Texas-New México Power; cuando manifiesta: Hemos aprendido que si mantenemos el diferencial de precios en un rango del 10% y altos niveles de satisfacción, nuestros usuarios se quedarán con nosotros, con excepción de algunos cuantos que por su naturaleza son buscadores de precio (Fortnightly 15/07/2002, pág. 25). Es decir, las empresas eléctricas eficientes y de clase mundial no tienen ningún problema en conservar a sus clientes.

Otra implicación es, desde mi punto de vista, la evolución que debe tener el significado del nacionalismo. Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (XXI edición) en su primera acepción, nacionalismo es el apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece , ahora bien si nos hemos comprometido a través de tratados internacionales a otorgar trato de nacionales a empresas establecidas fuera del país, el concepto de nacionalismo adquiere un nuevo significado, el que debe ser asociado con el bienestar de los nacionales, es decir de la Nación, de forma tal que nacionalismo en un ambiente globalizado es el apego de los naturales de una nación a lo que incrementa el bienestar nacional . Es decir, una política nacionalista busca el bienestar de la nación (conjunto de los habitantes de México) sin importar el origen de los recursos utilizados. Por el contrario, una política que impida el bienestar de la Nación no es nacionalista aunque proponga el uso de sólo recursos e insumos mexicanos. Lo que le dará tal carácter es la contribución al bienestar de la nación, no el origen de los mismos.

Es notable la opinión de los legisladores texanos en relación con la apertura de servicios eléctricos del 1 de enero del 2002. Si los agregadores y otros proveedores deciden no venir a nuestro estado, podemos decir que es porque estamos haciendo muy bien las cosas. Si las compañías existentes están trabajando mal, entonces otros podrán venir y decir que ellos pueden ofrecer mejores precios y servicios (A Mixed Marketing, The Lone Star State, Fortnightly 15/07/2002, pág. 17). Evidentemente no podemos decir que esa posición está en contra de los texanos.

Igualmente no puede pensarse que en Brasil no son nacionalistas porque permiten que en Petrobras exista inversión privada, o en Noruega con Statoil o en Rusia con Gazprom, etc. Esa inversión les ha servido para modernizar e incrementar su capacidad de exploración y explotación.

Asimismo, por lo que toca al sector eléctrico, independientemente de la capacidad financiera de los organismos y del gobierno para afrontar los retos de crecimiento del sector eléctrico nacional, se debe tener una respuesta congruente a la pregunta que surge dentro del ambiente de libre comercio en que está inmerso México: ¿debe existir libertad para que los usuarios que desarrollan actividades industriales, comerciales o de servicios, puedan seleccionar su proveedor del insumo eléctrico? O porque somos nacionalistas, ¿deben seguir siendo usuarios cautivos del servicio eléctrico oficial a cualquier precio y calidad de servicio?

La respuesta es que una política nacionalista no mantendría en desventaja a las empresas mexicanas respecto a sus competidores en el extranjero.

*Es ingeniero mecánico electricista del ITESM y maestro en Administración de Empresas de la UAG. Fue profesor titular de Ingeniería Eléctrica del ITESO por 14 años, gerente del Centro Nacional de Control de Energía de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y comisionado de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Actualmente es el director general de Distribución y Abastecimiento de Energía Eléctrica y Recursos Nucleares de la Secretaría de Energía (Sener).