Energía a debate, Septiembre-Octubre 2008
El ocaso del petróleo: ¿estamos preparados?
En Estados Unidos, numerosas ciudades ya toman acciones para enfrentar la nueva era del petróleo caro y escaso. Pero, en México, ¿qué estamos haciendo?
FERNANDO CHAVARRÍA FERNÁNDEZ*
Como es ya del conocimiento común, la producción del petróleo en el mundo se encuentra cercana a su nivel máximo histórico –el cenit del petróleo, el pico de Hubbert o “peak oil”– y entrará en una fase de irreversible declive, provocando alzas en los precios, que amenazarán con incrementar la competencia por los recursos y causar la inestabilidad de la geopolítica y una mayor pobreza de la población mundial.
En México, se alcanzó el cenit del petróleo en el 2004 cuando la producción llegó a alrededor de 3.4 millones de barriles diarios, antes de iniciar una gradual caída a menos de 2.8 millones de barriles diarios en la actualidad. En otros países, como Estados Unidos, Noruega, Gran Bretaña, Indonesia y Rusia, el cenit del petróleo se alcanzó muchos años atrás.
En algunas ciudades de Estados Unidos, ya empezaron a tomar acciones para enfrentar la nueva era de petróleo caro y escaso. Por ejemplo, el Consejo de la Ciudad y del Condado de San Francisco, California, al admitir que San Francisco es altamente dependiente del suministro externo de petróleo, resolvió elaborar un protocolo de actuación y un proyecto de continuidad para la ciudad, en un marco de predictabilidad, y apoyar la realización de estudios sobre la infraestructura local, con el propósito de determinar las distintas necesidades energéticas de las diferentes actividades de la ciudad, evaluando el impacto en cada área del aumento de los precios y de la disminución en la disponibilidad de petróleo. Lo anterior se establece en la Resolución 224-06 del 20 de abril del 2006.
Asimismo, en mayo del 2006 el consejo municipal de la ciudad de Portland, Oregon, adoptó la resolución 36407 por la que establece una comisión (“task force”) para estudiar los impactos que tendría el “peak oil” sobre el futuro del municipio, para lo cual se le encargó a la mencionada comisión que realizara dos tareas fundamentales: una relacionada con la evaluación de las previsibles consecuencias económicas y sociales del “peak oil” sobre Portland y la otra con el establecimiento de recomendaciones con el objeto de mitigar los impactos negativos y de aprovechar al máximo los positivos. Para este propósito, se establecieron cuatro subcomités (Fig. a) con el fin de examinar el “peak oil” y sus perspectivas, en los cuales participan tanto consejeros como ciudadanos.

Se identificaron tres posibles escenarios asociados al “peak oil” y al gas natural (Fig. b) : (1) la transición a largo plazo, (2) el “shock” del petróleo y (3) la desintegración social, los cuales no fueron considerados mutuamente excluyentes. Se enfocaron a dar respuesta a las siguientes preguntas relacionadas con la industria:
(a) ¿Cómo el “peak oil” afectará los costos de producción?
(b) ¿Cómo afectará a la demanda de productos y/o servicios?
(c) ¿Cómo afectará a los ofertantes de materias primas o bienes
semiprocesados?
(d) ¿Qué alternativas o sustitutos razonables estarán disponibles
para mitigar estos efectos?
Por otro lado, con el fín de promover la eficiencia y la conservación de energía identificaron matas a alcanzar y programas a realizar, de los cuales se enuncian algunos de ellos:
(1) la reducción del consumo del petróleo y del gas natural en un
50% en los siguientes 25 años;
(2) informar a los ciudadanos acerca del “peak oil” y promoción
de soluciones basadas en la comunidad;
(3) preservación de las granjas y expansión de la producción de
alimentos y su procesamiento, entre otros.
A su vez, el estado de Minesota (en la sesión 80, que realizó el comité en febrero 15, 2007, House file no.995) estableció una resolución, mediante la cual el gobernador tomaría acciones para preparar un plan de respuesta y de preparación para los cambios relacionados con el “peak oil”. Se resolvió la adopción de un protocolo global de declive del petróleo y que se evaluaran los impactos y la disponibilidad de recursos, entre otros objetivos. Otros esfuerzos en el mismo sentido se realizan en las ciudades de Denver, Colorado; Franklin, Nueva York; Cleveland, Ohio; y Austin, Texas; entre otras.

En virtud de que ya rebasamos el “peak oil” nacional, tales hechos no pueden ser ajenos a nuestro país y requerirán de la implementación de políticas, acuerdos y acciones federales, gubernamentales, municipales y financieras, con el fin de prever y atenuar la transición que incidirá en la sociedad y que ya empieza a manifestarse en ámbitos visibles como el transporte y la producción de alimentos. ¿No es hora de que también empecemos a actuar?.
*Es ingeniero civil de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), com maestría en Planeación y Sistemas de la Universidad La Salle (Mexico) y candidato a la maestría en Estadística Aplicada en la UACh. Trabajó en Pemex Petroquímica en diferentes áreas y actualmente es profesor en la Universidad Tec Milenio campus Chihuahua y en la UACh. (ferchamex@hotmail.com)