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Prepararse primero, antes de entrar a aguas profundas

Antes de incursionar en aguas profundas, Pemex debe recurrir a las amplias regiones que están sin explorar en el territorio nacional y aguas someras.

FRANCISCO GARAICOCHEA PETRIRENA*

El Ing. Luis Ramírez Corzo, director general de Pemex, ha manifestado, con relación a la explotación de hidrocarburos en aguas profundas, que “por la complejidad de los yacimientos y por la tecnología y los niveles de inversión que se requieren, no podemos ir solos”. Y adelantó: “Pemex prepara un contrato-alianza que ofrecerá a las multinacionales que tienen tecnología de punta para la explotación en aguas profundas, y capital para invertir” (El Universal, 30-8-2004).

Informó que Pemex negocia una alianza con Shell para explotar petróleo conjuntamente, que Pemex y Shell comparten yacimientos petroleros transfronterizos en el Golfo de México y que la intención de Pemex es que Shell sea la encargada de la extracción a cambio de una cuota de la producción (El Universal, 30-8-2004).
Ramírez Corzo alertó que la actual política energética no sirve para buscar un acuerdo para la explotación de la riqueza petrolera en esta zona. "No hay una legislación en la materia; necesitamos una que nos ayude a que los estadounidenses reconozcan nuestra propiedad, porque ellos tienen una ley que dice: el que llega primero se lo lleva, la ley de la primera captura, lo que les permite legalmente ignorar los intereses de otros actores y ése sería nuestro caso".

También se publicó en varios diarios que “Pemex tiene plenamente identificadas zonas productoras de petróleo, sobre todo en aguas profundas del país, con un potencial de hasta 54 mil millones de barriles de crudo.”
Son declaraciones que ameritan ser analizadas y discutidas, por las repercusiones que acarrearía iniciar una alianza con compañías transnacionales para explotar nuestros hidrocarburos mediante un contrato riesgo o alianza, en la que parte de la producción que nos pertenece sería transferida a una empresa privada.

DISCUSIÓN:

(1) La complejidad de los yacimientos, que es desconocida, no es pretexto aceptable para declarar que “no podemos ir solos”. Tampoco es admisible que “por los niveles de inversión que se requieren”, puesto que Pemex es la empresa más rentable y solvente del país, por lo que después de modificarle su régimen fiscal y darle autonomía de gestión no debería tener problemas para conseguir financiamiento.

Con relación a la tecnología, hay que aclarar que ninguna compañía petrolera va sola al realizar un proyecto de explotación en aguas profundas. En un solo proyecto se aplican más de 200 productos tecnológicos, consistentes en software, dispositivos, equipos y herramientas, que han sido desarrollados y son comercializados por diferentes compañías proveedoras de servicios y fabricantes de dichos equipos. La información y asesoría sobre esos productos y la forma de aplicarlos está publicada y la proporcionan en forma totalmente gratuita sus proveedores. Algunas compañías ofrecen “soluciones para el desarrollo completo de campos” en aguas profundas

(2). Con excepción de recursos humanos propios, que Pemex ha dejado de conservar y desarrollar, todos los otros recursos pueden adquirirse sin dificultad. Nadie se opone a la contratación complementaria de recursos externos; pero no es correcto generar dependencia innecesaria para tratar de justificar la necesidad de contratar compañías transnacionales para explotar nuestros hidrocarburos. Si Pemex no cuenta con recursos suficientes, su obligación es desarrollarlos, en vez de conceder franquicias para explotar nuestros hidrocarburos mediante la creación de un tipo de Pemex paralelo. Diferir la capacitación en explotación en aguas profundas no es conveniente. Con asesoría, capacitación y orientación apropiadas, los técnicos mexicanos de Pemex y el IMP, podrían, en unos cuatro años, iniciar el desarrollo de actividades de explotación, sin comprometer la producción, las reservas, las instalaciones y la mano de obra.

(3). Al parecer, no existe tal ley de la primera captura. Se pretende alarmar y convencer a nuestros legisladores para que acepten la firma de contratos innecesarios. Para aclarar esta situación, habría que solicitar a Pemex una copia de esa ley.

(4) Entre petroleros especialistas, las reservas identificadas en zonas productoras de petróleo se clasifican en probadas, probables y posibles. El término potencial, relacionado con cierta capacidad de producción, no está definido, por lo que es inapropiado su uso. Si se hace referencia en este caso a reservas probables o posibles como sinónimo de potenciales, se estaría hablando en forma incorrecta. Por lo tanto, hablar de un potencial de 54 mil millones de barriles de crudo no tiene sentido, a menos que se intente convencer a la opinión pública de la urgencia de modificar la Constitución para explotar ese supuesto petróleo mediante contratos que permitan a las transnacionales incorporar parte de nuestras reservas a sus inventarios. Lo apropiado sería mencionar recursos por descubrir, que podrían estimarse entre 20,000 y 60,000 millones de barriles de petróleo.

¿ES URGENTE?

(1) Pemex nos informa que sólo se ha explorado el 25% del territorio nacional susceptible de almacenar hidrocarburos. En la región marina, en la plataforma continental, con tirantes de agua menores de 300 metros, la situación es similar. La tecnología para descubrir y extraer reservas en estas dos regiones las domina Pemex. Se tienen identificadas en esas áreas unas 300 localizaciones para perforar pozos de exploración. Lo lógico es que antes de explorar y explotar recursos en aguas profundas, Pemex invierta en esos lugares.

(2) Pemex cuenta con más de 20,000 millones de barriles de aceite crudo de reservas probables y posibles. De estas reservas, más de 10,000 millones se localizan en yacimientos que están actualmente en explotación. Para que estas reservas se conviertan en probadas, es necesario aplicar procedimientos de recuperación secundaria o mejorada, que Pemex ha diferido, a pesar de que es obligatorio, en otros países, iniciar esas operaciones oportunamente, ya que permiten aumentar la recuperación de petróleo. La Administración de Servicios Minerales de Estados Unidos define la recuperación mejorada como: “las operaciones de mantenimiento de presión, la recuperación secundaria y terciaria, la recirculación de gas y operaciones similares que alteran las fuerzas naturales en un yacimiento para incrementar la recuperación de petróleo o gas”. Estos proyectos son los que requieren estímulos fiscales”.

(3) La tecnología de explotación en aguas profundas todavía no ha madurado. En forma continua se incorporan importantes desarrollos que permiten abatir los costos de explotación, realizar las operaciones con mayor seguridad y aumentar la recuperación.

(4) En México, la exploración y explotación se ha concentrado en yacimientos localizados en trampas estructurales. Por ser más difíciles de localizar y de mayor costo de producción, se ha diferido la realización de estas actividades en trampas estratigráficas. Sin embargo, se ha determinado que más del 30 % de las reservas de hidrocarburos se encuentran en este tipo de trampas.

(5) Las cuencas de Macuspana, de Veracruz, y la Salina del Istmo, con un espesor de sedimentos de unos 10,000 metros, sólo han sido exploradas hasta una profundidad de 7,200 metros; o sea, la exploración profunda en dichas cuencas petrolíferas del país no se ha iniciado. A estas mayores profundidades se encuentran yacimientos carbonatados con alta capacidad de producción y petróleo ligero o hidrocarburos gaseosos. Por lo tanto, lo lógico es diferir la explotación en aguas profundas, ya que se tienen varias opciones para producir en regiones conocidas, con menos riesgo y menores costos.

(6) Con relación a la explotación de yacimientos transfronterizos, lo recomendable es perforar pozos en aguas territoriales nacionales cerca de la frontera; y aceptar los reglamentos de unificación de la explotación publicados por los Servicios de Administración de Minerales de Estados Unidos (Mineral Management Service, MMS). El portal de las publicaciones de MMS es: http://www.mms.gov

  1. Actualizar nuestro Reglamento de Trabajos Petroleros, mediante la traducción y adopción del Código Federal de Reglamentos del Departamento del Interior de los Servicios de Administración de Minerales de los Estados Unidos de Norteamérica.
  2. No establecer convenios o contratos para realizar la explotación de yacimientos localizados en aguas profundas que pertenecen a nuestro país.
  3. En yacimientos compartidos con otros países, se recomienda perforar pozos en aguas territoriales nacionales cerca de la frontera y aceptar los reglamentos de unificación de la explotación publicados por el MMS.
  4. Como lo hizo la empresa estatal Petrobras, se recomienda seleccionar personal idóneo para integrar, preparar y consolidar un grupo interdisciplinario de ingenieros en la especialidad de explotación en aguas profundas, con el objetivo de iniciar actividades de producción de hidrocarburos en esas aguas dentro de unos 4 ó 5 años.
  5. Antes de incursionar en aguas profundas, Pemex debe recurrir a las amplias regiones que están sin explorar en el territorio nacional y aguas someras, puesto que la tecnología para descubrir y extraer reservas en estas dos regiones las domina Pemex. También es recomendable intensificar la aplicación de recursos en proyectos de recuperación mejorada, para incorporar, como reservas probadas, una gran cantidad de hidrocarburos clasificados como reservas probables y posibles.

* Es ingeniero petrolero jubilado de Petróleos Mexicanos y Premio Nacional de Ingeniería Petrolera. Es coordinador del Grupo de Ingenieros Pemex-Constitución del 17. (fgaraicochea@aol.com)