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Regresar a la lista artículos | Inicio Megaproyecto Chicontepec: ¿oportunidad o riesgo? Pemex no debe embarcarse en un megaproyecto que podría poner en peligro su escaso patrimonio, sin antes ensayar las diversas técnicas de producción que pudieran funcionar en la singular geología de esa región. RICARDO GÓMEZ SAAVEDRA* No se puede negar la existencia de reservas de crudo y gas en el Paleocanal de Chicontepec y aunque difiera yo respecto a las declaradas oficialmente, el volumen original que allí se tiene es un hecho. Lo que sí está sujeto a diferentes tipos de cuestionamientos es el que se presente otra vez al Paleocanal como un proyecto magno, del que se espera una inverosímil producción de un millón de barriles diarios de petróleo crudo equivalente (bpce), para recuperar 18,000 millones de bpce con la perforación de 20,000 pozos. (La reserva oficial actual 3P, probada + probable + posible, de toda la Región Norte es de 20,539 millones de bpce, según la Memoria de Labores de Pemex 2006). Cabe también hacer notar que en toda la historia de Petróleos Mexicanos (Pemex) se han perforado poco más de 17,000 pozos en todo el país. La panacea de este megaproyecto se basa en la aplicación de varias tecnologías y medidas logísticas para vencer la resistencia de la mayor parte de los yacimientos que constituyen el Paleocanal, a entregar a los pozos, de manera fácil, su baja producción de aceite. Parece ser que el único objetivo visible que se persigue es que se licite de manera inmediata y sin mucha reflexión los contratos para perforar esa fabulosa cantidad de pozos sin efectuar pruebas que garanticen el éxito. No se puede negar tampoco que cada una de las mejoras tecnológicas propuestas por separado ha dado buenos resultados en diferentes campos. Lo que inquieta y provoca el cuestionamiento de este megaproyecto es que se considera que la aplicación conjunta de varias técnicas podrían entorpecerse unas con otras, para conseguir producciones ya de por sí nada fáciles e inciertas. En todo caso, ¿por qué no se ensaya cada técnica por separado en diferentes áreas del Paleocanal? Y en casos favorables, aprobarlas para su aplicación conjunta en campos representativos del Paleocanal, conocido por su baja permeabilidad y baja productividad, ya que en áreas de mejores condiciones como en los campos Agua Fría, Coapechaca y Tajín, donde se está perforando actualmente, indudablemente darán buenos resultados que de ninguna manera podrán sanamente hacerse extensivos al resto del Paleocanal. No se puede curar a un paciente de muchas enfermedades a la vez, sin correr el riesgo de no saber de qué se murió o con qué se curó. Aquí es donde surge una pregunta interesante: ¿por qué gastar los escasos recursos económicos de Pemex y del país en estas áreas tan difíciles? ¿Por qué no usarlos en desarrollar otros campos con mejores condiciones como en la profundización de los campos del Terciario o en los litorales marinos de Tabasco y Veracruz? ¿O en otros más que podrían resultar muchísimo más rentables para el país sin que se tengan que llegar a suscribir contratos “fast track” multimillonarios, que por su cuantía y magnitud ya no pudieran anularse, en caso de que el espejismo de enormes producciones del Paleocanal se desvaneciera? No hay que ser muy suspicaces para ver que en todas las compañías que participaran, cobrarían muy bien por sus trabajos y esfuerzos, y se irían a sus países sin preocuparse de los resultados y que el problema de escasa producción y baja o nula rentabilidad se le quedarían a México. ¿Podrá culparse a alguien y hacerlo responsable del fracaso del proyecto? Porque ya sabemos que el éxito tiene muchas paternidades. ¿No
sería mejor invertir en otros proyectos más rentables que, aunque
fuesen con Pidiregas, comprometerían menos el futuro económico
de México? No hay que olvidar que los Pidiregas, muy solicitados en los
últimos años, hay que pagarlos con cargo a presupuestos de años
posteriores de Pemex, es decir, del gobierno federal. Todos los que hemos trabajado en Pemex conocemos el Paleocanal de Chicontepec y sabemos de los intentos muy loables que se han hecho por conseguir producciones que, en muchos casos, no pagan los costos de perforación. Ahora que los precios del crudo han aumentado, vuelve la inquietud por perforar y desarrollar estos yacimientos, ante lo cual debe asumirse mucha prudencia y responsabilidad, ya que la inversión sería cuantiosa y beneficiaría solamente a las compañías que intervinieran –transnacionales y una que otra nacional– ya que la incertidumbre del megaproyecto no le garantiza al país éxito, por lo menos parcial. Pasaríamos ahora a examinar el porqué de las dudas y de la incertidumbre en el éxito del megaproyecto:
No debe olvidarse que desde el momento en que se den las licitaciones para otorgar contratos de perforación en el Paleocanal, sin esperar resultados de pruebas piloto, desde ese momento también las compañías participantes estarán en condiciones de exigir y demandar a Pemex y al país, en caso de que por resultados adversos se quisieran suspender dichos contratos. * Egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM con maestría en ingeniería de yacimientos. Laboró en Pemex durante 38 años. Entre sus trabajos efectuados destaca la coordinación a nivel nacional de proyectos de inyección de agua a yacimientos de aceite, así como la coordinación del primer proyecto de almacenamiento subterráneo de crudo en domos salinos, entre otros. Es profesor de la Facultad de Ingeniería desde 1966 y miembro del Grupo Ingenieros Pemex Constitución del 17. (rigosaav@hotmail.com)
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