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Perspectivas de los petroprecios

A pesar de una baja de los precios del crudo a principios del 2007 por razones climáticas y especulativas, hay factores que apuntan a una tendencia alcista en el mediano y largo plazos.

ROSÍO VARGAS* y JUAN JOSÉ DÁVALOS**


Si bien la caída reciente de los precios del petróleo puede considerarse como la consecuencia de cambios en factores de oferta y demanda estacionales, más que estructurales, es probable que no pase mucho tiempo antes de que de nuevo repunten las cotizaciones del hidrocarburo. En el largo plazo, los escenarios coinciden en precios altos, un alza inducida por los fundamentales. Además, un factor determinante en la reciente caída de los precios fue de orden especulativo.

De un valor máximo en julio de 2006, cuando el crudo alcanzó el nivel de 78.40 dólares por barril (d/b), los precios cayeron a 50 d/b el 18 de enero de 2007, un diferencial en precios de 28d/b. Aunque hay quienes piensan que el descenso de los precios puede tocar un piso de 40 d/b, en tanto que la OPEP defiende un mínimo de $60 d/b, otros no dudan en afirmar que se pueden alcanzar los $100d/b en los próximos cinco años debido a que se agota el petróleo de fácil explotación en el mundo sin que la demanda deje de crecer.

La determinación del precio no es sencilla y las estimaciones son riesgosas, ya que influyen numerosos factores, algunos de los cuales tienen un alto grado de incertidumbre como la producción de la OPEP y la global, la demanda global, el clima, la situación de los inventarios y de la economía mundial –y la de Estados Unidos en particular– además de factores geopolíticos y especulativos.

Tanto factores estacionales como estructurales coadyuvaron al reciente descenso de los precios. Sin embargo, se otorgó una desmedida ponderación al factor climático, debido a que una semana cálida en pleno invierno causó que, repentinamente, aumentaran los inventarios de petrolíferos y se redujera la demanda de combustible de calefacción en el noreste de los Estados Unidos. En realidad, este factor no debe pesar mucho, porque la mayor parte del crudo se convierte a gasolina, no a combustible para calefacción.

LA OFERTA. Hay fuerzas opuestas que, en lo fundamental, se compensan: recortes de la producción anunciados a fines del 2006 por la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), así como incrementos de la extracción por parte de algunos países no OPEP. Desde noviembre del año pasado, los recortes anunciados por la OPEP ascienden a 1.2 millones de barriles diarios (b/d). Arabia Saudita asumirá buena parte del recorte. También los Emiratos Árabes, Irán, Irak y Venezuela deben reducir, pero falta ver si lo harán. La capacidad excedente efectiva de la OPEP es de 2.4 millones de b/d, una cifra que excluye la baja en la producción de Irak que no se ha podido recuperar a niveles previos a la invasión y las dificultades en el suministro de Nigeria. Además, se ha observado una reticencia o incapacidad de Petróleos de Venezuela a recuperar los niveles de producción que tenía antes de la huelga que desembocó en el despido de una gran parte de su personal.
Por otro lado, algunos productores no OPEP aumentaron su producción en regiones específicas como África del Oeste y el Golfo de México, lo que aumenta la producción de 1.5 a 2 millones de b/d a principios del año. También debe considerarse la gradual reducción en la producción petrolera de México, como parte de la oferta global. El balance final es que las reducciones de producción y cortes a la oferta de la OPEP tienden a compensar la mayor oferta de otros países fuera de la organización.

LA DEMANDA. Las estimaciones de la demanda global permiten ver que los cambios de un año a otro no son sustantivos, pero la tendencia es creciente. Se prevé que la demanda global aumentará 84.5 millones de b/d en el 2006 a 85.9 millones de b/d en el 2007, si bien la estimación del 2007 enfrenta riesgos debido a las incertidumbres que rodean a la economía estadounidense. Los pronósticos que han presentado el FMI, el Banco Mundial y la Reserva Federal estadounidense indican un año más de crecimiento moderado para la economía mundial. Un factor que atenúa la tendencia creciente en el largo plazo es el ligero descenso del consumo de China, que se ha reducido a 5.6% anualmente a raíz de una aparente débil demanda en los tres últimos meses del 2006.

Si bien la demanda en el pasado invierno pudo haber sido de un millón de b/d por debajo de los pronósticos, haciendo descender los precios, se prevé una pronta recuperación ya que la misma demanda total tendrá un crecimiento de casi 2 millones de b/d en el 2007. El saldo sería de aproximadamente un millón de b/d de aumento total de la demanda.

LA ESPECULACIÓN. Un factor crucial en el desplome de los precios en el pasado invierno fue el factor especulación en los mercados de futuros. Los fenómenos contango y backwardation significan que los precios a futuro son más elevados que los precios corrientes en los mercados spot, en un caso, y más bajos en el otro. En el caso de contango, los precios futuros son mayores, de tal manera que hay un incentivo para comprar y almacenar, vendiendo en el futuro. De acuerdo con algunos análisis, por ejemplo de la Energy Information Administration de Estados Unidos –cuyos indicadores de variaciones de los inventarios privados de petróleo crudo, gasolinas, destilados y propano de enero de 2007 son positivos con respecto al año anterior, a pesar de las reducciones de los precios del crudo– se puede inferir que aún estamos en contango (en el caso del gas natural es indudable, de acuerdo con reportes recientes) lo que significaría que entre más lejana la entrega, mayor el precio.

Otro factor especulativo está relacionado con el precio de las acciones de las grandes empresas petroleras. La baja de precios en el invierno pudo haber tenido que ver con la toma de utilidades de grandes corporaciones como ExxonMobil, Chevron, ConocoPhillips y BP. Otros argumentan que la volatilidad de precios ocurre en parte como resultado de la especulación excesiva de hedge funds e instituciones financieras importantes. Atribuyen la baja de los precios, en parte, a un movimiento de especulación con los fondos de commodity en los mercados de futuros que realizó el banco de inversión Goldman Sachs. Este banco recortó a principios de enero la proporción del rubro de energía dentro de su cartera de futuros. Siendo este renglón casi el 70% del Goldman Sachs Commodity Index (GSCI) contra el 30% restante dividido entre metales industriales, metales preciosos, agrícolas y ganado, la reducción habría sido hasta de un 50% en algunos de los subíndices de energía (afectando sensiblemente el de las gasolinas o Gasoil) que lo conforman, aplastando así los deseos de compra de los fondos de inversiones que se guían por el GSCI para efectuar sus inversiones.

EL DISCURSO DE BUSH. Es necesario leer entre líneas el discurso anual ‘Estado de la Unión’ que el presidente estadounidense George W. Bush dictó en enero pasado. En el contexto de sus recientes fracasos electorales, Bush se dirigió de forma en apariencia conciliadora a un Congreso de mayoría demócrata. Empleó una retórica ambiental –al prometer incrementar sustancialmente el uso de etanol en lugar de petróleo para reducir así en 10 años de manera drástica la dependencia del petróleo importado– y de suplicante insistencia en el envío de 21,000 soldados más a Irak. Esto tiene implicaciones financieras, puesto que, al leerse entre líneas, Bush está anunciando a la sociedad estadounidense que los precios internacionales del petróleo crudo serán presionados al alza de manera continua en los años venideros por dos factores: las importaciones de petróleo crudo de su país, que no disminuirán en por lo menos una década, y la presencia de tropas de su país en Irak, que será aún de muy larga duración.

CONCLUSIÓN. Si bien los motivos de clima y los movimientos especulativos pudieron haber causado la caída reciente de las cotizaciones del crudo, todo apunta a una recuperación de las mismas en 2007 y una tendencia francamente alcista en el largo plazo. Desde el punto de vista de las necesidades de inversión requeridas en la era del petróleo caro, se justifica un nivel alto de precios. Los esfuerzos de la transición energética también lo justifican. Habrá que ajustarse a las nuevas realidades.

*Profesora e investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM (rvargas@servidor.unam.mx). **Profesor de la Facultad de Economía de la UNAM (juanjosedavaloslopez@yahoo.com.mx).