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Regresar a la lista artículos | Inicio Reflexión sobre mitos y realidades de la energía renovable Hay que reconciliarnos con la naturaleza, volviendo la vista, con la humildad del aprendiz, a las diversas y magníficas posibilidades y opciones que nos brindan, junto con el ahorro y el uso eficiente de la energía, los energéticos renovables. JOSÉ ARIAS CHÁVEZ*
Obviamente, ese papel de panacea no es más que una quimera. Sin embargo, para quienes tenemos ya décadas dedicados a este campo, por sentido de la realidad tenemos la obligación moral y técnica de poner la energía renovable en su correcta dimensión, en sus justos términos, valuando su innegable capacidad de aportar valiosas soluciones y herramientas para los cambios que requiere un mundo más sensato y justo, que será el único que admitirá el futuro estable y deseable que tanto necesitamos y que la naturaleza pueda soportar. El propósito de este ensayo es establecer las grandes líneas de análisis que justiprecien la energía renovable como una de las claves del futuro que queremos, entre otras cosas, porque sólo basados en sus posibilidades y en el conocimiento de sus limitaciones reales y de las especificidades de sus aplicaciones óptimas, será posible acceder a ese futuro. Escenario energético propuesto de transición a la Energía renovable
Fuente: El Libro Blanco de la Energía Renovable, Donald W. Altken, ISES, Friburgo, Alemania, 2003 LOS MITOS
Gráfica que muestra los costos comparativos de la electricidad producida por plantas de gas natural en ciclo combinado y la proveniente de paneles fotovoltaicos, en una estimación hecha en el año 2000 y que extrapola los costos que prevé en el futuro hasta 2030 cuando se supone que los fotovoltaicos se estabilicen. El parecido en las expectativas –que resultaron falsas como creemos que éstas lo podrían resultar– de hace más de 30 años, cuando tras la crisis petrolera de 1973-74, cuando se creía que el costo del Kwh solar iba a ser menor a 8 centavos. de dólar para el año 2000, que, como se ve en esta gráfica, fue de 18 y que en esta nueva expectativa plantea que el de 8 centavos. Apenas se alcanzaría en 2008 y hoy 2005, ya debería de estar a entre 8 y 9 pero vale entre 13 o 14, de hecho. La gráfica que muestra proyecciones de costos de generación de la energía fotovoltaica contra la que se obtiene de las plantas de ciclo combinado es un ejemplo ilustrativo de lo que ha pasado con algunas falsas expectativas respecto de la energía renovable. Primero, tuvieron un gran impulso por el acicate de la crisis petrolera de hace tres décadas, a partir de la cual se tomaron muchas medidas en los países más consumidores –de Occidente– tanto para ahorrar energía, como para que, con toda clase de maniobras diplomáticas y geopolítico-militares, lograr que los precios del petróleo bajaran nuevamente a los niveles que habían tenido. No obstante, los petroprecios hace poco volvieron a subir en un episodio que tal vez llegó para quedarse. Es precisamente esta virtual nueva crisis petrolera lo que hace nuevamente al mundo voltear los ojos a la energía renovable en general y en particular, a la solar, la cual casi se ha hecho sinónimo–por muy buenas razones, pues directa o indirectamente las demás también son solares- de energía renovable. Quizá a ello se debe el glamour –según se verá, en parte injustificado- que tienen las fotoceldas solares. Tanto en los Estados Unidos, como en Alemania o en España, tres casos paradigmáticos, las celdas fotovoltaicas no son la primera opción, ni la más viable técnica o económicamente, ni la que está aportando y va a aportar los mayores porcentajes a las necesidades energéticas mundiales de entre las distintas fuentes de energía renovable. Así, en los Estados Unidos, son el viento, la geotermia y la biomasa las principales fuentes de energía renovable que, en ese orden de importancia, suplirán las mayores necesidades energéticas a partir de fuentes nuevas de energía renovable en los siguientes 50 años. En tal escenario, la opción fotovoltaica casi no pinta en aportación cuantitativa, sobre todo por sus altos costos de generación, aunque sus aplicaciones, en un sentido cualitativo, sin duda son y seguirán siendo apreciables (telecomunicaciones, aparatos automáticos en lugares remotos, mecanismos de control o que operen automáticamente, etc.). En cambio, la otra conversión de energía solar, la térmica, sí va tener un papel de creciente importancia en las aplicaciones futuras, aunque, como ya se dijo, en menos escala que las de la geotermia, el viento o la biomasa.
Gran crecimiento en la capacidad mundial eoloeléctrica instalada (1980 -2002). La tasa de crecimiento reciente de 32% al año. Esto podría conducir a una capacidad instalada de 110 mil MW (110 GW) a finales de los siguientes cinco años. (Fuente: Worldwatch Institute, actualizada por el Instituto de Política de la Tierra de BTM Consultores, Asociación Norteamericana de Energía del Viento, Asociación Europea de Energía del Viento y Revista Wind Power Monthly). Algunos de los principales mitos sobre la Energía Renovable (ER) son: 1.
La ER puede sostener el actual tren de vida, paradigma de la civilización. LA REALIDAD
Realidad vigente. Contribución en el año 2000 de los distintos energéticos, al suministro mundial de energía primaria. El crecimiento de la electricidad generada por el viento entre 2000 y 2002 ha hecho subir su participación en el suministro mundial de energía primaria al 0.042%, mientras que ya satisface el 0.7% de la capacidad mundial instalada de generación eléctrica. Ello se debe a que la eólica suele trabajar a su plena capacidad nominal menos del 30% del tiempo de operación, lo que baja su rating actual, mostrando cúanto les falta aún a los energéticos renovables para crecer a escalas más significativas en el suministro total de energía en el mundo. (Fuente: Fuentes renovables en el suministro mundial de energía 2000 (IAEA, “Hoja de hechos”, noviembre de 2002). Aunque la gráfica anterior data de hace 5 años, podemos considerarla vigente, si bien algunos hechos históricos (el 11 de septiembre de 2001 y la invasión de Irak, que lejos de bajar el precio de los hidrocarburos, los incrementaron) han influido para mejorar algo la postura de la ER. Actualmente se estima que la participación de la ER ha subido al 17% tanto por los mencionados altos costos de la energía fósil, como porque esas circunstancias han provocado una cierta recesión económica, dentro de la cual no sólo se ha incentivado el uso de la ER, sino se han retraído mucho las aplicaciones con la energía convencional del modelo en boga de economía vigente, que se ha visto frenada. Así, podemos extrapolar de un modo muy grueso, que el rol de los hidrocarburos conjuntamente ha descendido a ser la mitad del total (50 %), y que parte de su reducción de 5 % fue encauzada al carbón (2.5%). La nuclear continuó su lenta declinación (a 6% hoy) y la que ha aumentado su participación sin duda es la renovable, aportando alrededor del 18 %, es decir, “se quedó” casi con toda la reducción de los hidrocarburos y la nuclear. Pero aunque esto por sí solo ya es una buena noticia para la ER, tenemos la obligación de estar muy claros de cómo es que esta situación ha afectado a cada una de sus formas. Veamos en detalle: 1. En primer lugar, hay que notar que, afortunadamente, las circunstancias de inestabilidad política y de incertidumbres económico-financieras del mundo y la consecuente alza de los precios de la energía convencional, es el factor determinante del favorable escenario que no solo hoy vive la ER, sino que éste “llegó para quedarse”, tanto por la inestabilidad descrita como también por el creciente impacto del efecto de Invernadero y el consecuente cambio climático. 2. Aunque es muy bueno un crecimiento de casi el 5% en cinco años e la participación proporcional de la ER en su aportación a la energía primaria mundial, ello es en su mayor parte por el retraímiento de toda la economía convencional (con todo y sus opciones renovables), quizás solo con la salvedad de China y una parte de la Unión Europea. Ese retraimiento más bien ha favorecido a la parte de la economía mundial usualmente menospreciada y que es la que llamaremos aquí economía basal; la que meramente sostiene las actividades indispensables y en el caso de mucho de la economía del Tercer Mundo, de lo que se clasifica como “economía informal”, es la economía de subsistencia de las naciones. 3. ¿Qué queremos decir con esto aquí? Pues, que una buena parte del incremento relativo en la aportación proporcional de la ER hoy es debido principalmente a la quema de leña y de residuos de diversas agroindustrias (como el bagazo de caña, etc.) y, por supuesto, a que, a diferencia de las reducciones de la energía fósil o nuclear por sus incrementados costos, otras aplicaciones renovables como la tradicional hidroeléctrica o la nueva y creciente del viento, simplemente al menos no han tenido que ser disminuidas. De este modo, es probable que de la gráfica anterior, en la ER, la hidroelectricidad haya pasado al 2.6%, la geotermia al 0.6% y la eólica al 1.5 % (siendo, por ello, éstas dos últimas, las campeonas del crecimiento de las nuevas fuentes de ER). 4. Pero además, el mayor incremento en la energía renovable mundial en este lustro ha sido en la biomasa, pero en las formas tradicionalmente utilizadas desde hace siglos: la leña y la quema de residuos agropecuarios y agroindustriales, ¡que ha pasado ya del 11 % en el 2000 al 13 % hoy! 5. Por último, habría que recalcar que una apreciación del significado de los cambios que ya estamos viendo en esta anunciada o inadvertida transición de vuelta a la energía renovable, ha de ser de humildad. Sí, no sólo hemos de dejar atrás la arrogancia tecnocrática de que progreso es hacer cada vez máquinas más grandes y más consumidoras de energía, y que ésta debe ser fósil o nuclear; sino dejar la fatuidad de sentirnos el genial aprendiz de brujo al que al rato literalmente se le caerán las alas derretidas por el sol. Tenemos que ver con comprensión y respeto a las viejas y sabias aplicaciones de la ER, como la de la agricultura tradicional de muchos pueblos. Por ejemplo, para el cultivo del arroz en el sureste de Asia, hay un insumo de unas 15 calorías de labor humana en forma de energía metabólica, para cosechar el equivalente de unas 50 calorías en forma de alimento (arroz), mientras que la ultramoderna agricultura mecanizada de los Estados Unidos, Canadá, Rusia y tal vez de Argentina ¡¡requiere unas 250 calorías de petróleo en forma de agroquímicos y energía para maquinaria y bombeo de agua, para obtener los mismas 50 calorías de alimento (trigo) !! Después de esta reflexión sobre los mitos y las realidades de la ER, toca comentar la esperanza y la utopía que genera. Éste será el tema de una próxima entrega.
Crecimiento anual del suministro de la energía renovable entre 1971 y 2000. Se mantuvo más arriba, en términos de porcentaje, que el crecimiento total del suministro de energía primaria en el mundo, durante ese período de 30 años, lo que significa que la capacidad instalada renovable creció considerablemente, pero las instalaciones renovables no han crecido proporcionalmente al suministro total en ese lapso, si bien las muy altas tasas recientes de incremento de la solar y del viento se deben a los escasos usos al principio del tiempo considerado. (Misma fuente que la gráfica anterior).
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