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Regresar a la lista artículos | Inicio PROSPECTIVA DE LAS TARIFAS ELÉCTRICAS INDUSTRIALES Las tarifas eléctricas industriales han venido evolucionando, desde que existía una tarifa en media tensión y contratos especiales para alta tensión hasta el presente donde las industrias pueden analizar y seleccionar una de las 9 estructuras tarifarias aplicables en función de la ubicación, del voltaje de suministro, de la demanda contratada, del horario de uso y si el suministro es continuo o interrumpible, en 8 regiones tarifarias. Se comenta como inciden los energéticos primarios en el costo de la energía eléctrica, como se miden los parámetros de facturación y como la submedición de la energía y el análisis de los datos obtenidos, puede ayudar a localizar áreas de oportunidad para el uso eficiente y ahorro de energía eléctrica. Con
la adición de nuevas fuentes de generación al Sistema Interconectado
Nacional, con tecnologías más eficientes, las tarifas eléctricas
tenderán a ser competitivas en un mercado que cada vez ofrece más
opciones. Enrique Vargas Nieto* El
origen de la estructura actual de las tarifas se remonta al 19 de enero de 1962,
cuando se publicaron las primeras tarifas de aplicación nacional. A la
mediana y gran industria se les aplicaba la Tarifa Nº 8 “Servicio
a medidor en alta tensión para usos generales” y con la muy grande
se celebraban contratos especiales. En noviembre de 1991 se establecieron las tarifas horarias en media tensión y en alta tensión niveles de subtransmisión y transmisión, eliminando las tarifas 8 y 12 en sus 3 modalidades.
Por esta razón es que existen 9 estructuras tarifarias aplicables en función de la ubicación, del voltaje de suministro, de la demanda contratada, del horario de uso y si el suministro es continuo o interrumpible; existen 8 regiones tarifarias y hasta cuatro temporadas de consumo en el año. Los 152 mil clientes servidos en media tensión consumen 33% más energía eléctrica que los 20 millones de usuarios domésticos atendidos por la CFE y los 592 servicios suministrados en alta tensión consumen lo mismo que todos los domésticos. Las cuotas de las tarifas se modifican cada mes con los “Factores de ajuste a las tarifas de baja, media y alta tensión por variaciones en los precios de combustibles y la inflación”. El precio de la energía eléctrica, a precios constantes, se ha mantenido con ligeras variaciones en los últimos 15 años y el incremento de los años recientes obedece exclusivamente a los costos de los energéticos primarios utilizados en su producción
El costo de la energía eléctrica está en función de la canasta de energéticos utilizados y en México se depende mucho de los combustibles fósiles.
La generación con combustibles fósiles es del orden del 80 % del total y los combustibles han tenido entre 2001 y 2005 un incremento de 160 % en el gas y 134 % en el combustóleo (Figura N° 1)[1], sin embargo el impacto en los precios de la electricidad ha sido menor a la mitad de esos aumentos, ya que se pudieron absorber por la diversificación del tipo de energéticos utilizados y las mejoras operativas. Comparando los casos de México y Estados Unidos, nuestro principal cliente, el precio promedio para alta tensión (Tarifa HTL) es menor y se puede resaltar que 157 compañías eléctricas de ese país tienen un precio superior al de referencia y sólo 16 compañías (9 %) tienen un precio igual o menor.
Un comparativo del precio de la electricidad para la industria en 20 países, elaborado con los últimos datos disponibles de 2003, coloca a México 16 % abajo del precio promedio (Figura N° 2)[2]. La característica general de los 9 países con precios menores, es que su parque de generación tiene un alto porcentaje de centrales nucleares, carboeléctricas y/o hidráulicas.
La pérdida relativa de competitividad que se ha venido observando en los últimos años se debe principalmente al incremento en el precio de los energéticos primarios y en la medida que se obtengan mejores precios de estos, se podrán trasladar los beneficios a los usuarios. La medición de los parámetros de facturación en toda la industria se realiza con medidores electrónicos con exactitud de +/- 0.2 %, que integran la energía instantánea, acumulan el perfil de carga cada 5 minutos y al final se obtienen las energías y demandas de punta, intermedia y base. En la gran industria la medición de hace en forma remota por teléfono, celulares, radio ó conexión de red. La medición electrónica ofrece la posibilidad de implementar la submedición y el análisis de la información de datos de intervalo, como herramienta para implementar programas de administración de demanda y de ahorro de energía eléctrica. Con este sistema, se pueden determinar las aportaciones de cada equipo o de cada línea de producción a la demanda global de cada industria, se puede calcular el costo de la energía por cada unidad producida y localizar áreas de oportunidad tendientes a eficientar el uso de la energía eléctrica. La relación entre el crecimiento del consumo de energía y el crecimiento de la economía, medida a través del PIB, como un indicador de eficiencia energética, ha presentado un comportamiento positivo en las últimas tres décadas, mejorando sensiblemente a partir de 1990. En el período comprendido entre 1970 y 1979 tanto el consumo total, como el de energía eléctrica crecieron más rápidamente que el PIB, situación que varía en las siguientes décadas, cuando se puede apreciar que el consumo final de energía total crece a un ritmo menor que el del PIB, mientras que el crecimiento del consumo de energía eléctrica, aunque sigue siendo superior, muestra una desaceleración. El
cociente que resulta de dividir el consumo de energía entre el PIB, que
se conoce como “elasticidad producto del consumo de energía”,
permite expresar el impacto de las variaciones de la economía sobre el
consumo de energía. En el período 2004 – 2013 será necesario adicionar capacidad al Sistema Eléctrico Nacional del orden de 30,000 MW con tecnologías eficientes, por lo que se prevé que las tarifas se mantendrán en un nivel competitivo. Recientemente se han producido dos eventos importantes, uno relacionado con los efectos devastadores que dejó el huracán Katrina en la industria petrolera y el otro con los lineamientos que expidió el Ejecutivo Federal en materia de mejora regulatoria, cuyo objetivo es implementar medidas de transparencia y rendición de cuentas de las empresas paraestatales del sector de energía eléctrica, facilitar la interconexión de permisionarios y establecimiento de una política de fomento a las opciones de autoabasto, entre otras. El primer evento, seguramente influirá en el corto plazo de manera importante en los costos de los combustibles y el segundo, propiciará sentar las bases para el futuro establecimiento de un mercado de energía eléctrica. Conclusiones El precio de la electricidad en México está vinculado al costo de los energéticos primarios fósiles: gas, combustóleo y carbón, que se rigen con referencia internacional. La Comisión Federal de Electricidad seguirá esforzándose en ofrecer y suministrar energía eléctrica de alta calidad a precios competitivos y con un alto grado de confiabilidad en las relaciones con sus clientes. En el corto plazo se prevé incertidumbre en los precios de los energéticos primarios y en largo plazo pueden lograrse economías de escala por el uso de tecnologías de generación más eficientes, que repercutirá en el costo de la electricidad. En los próximos años podrán cambiar las reglas para establecer un mercado de energía y las empresas paraestatales de electricidad tendrán que competir para mantener a sus clientes y atraer nuevos. Referencias [1]
Series históricas para el cálculo de los factores de ajuste. Comisión
Federal de Electricidad, Subdirección de Programación. Agosto
de 2005.
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