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Energía y cambio climático

 

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de
la ONU ha emitido nuevas recomendaciones sobre el tema.

 

Gerardo BazÁn Navarrete*

 

Derivado de las dos últimas reuniones de trabajo en Noordwijkerhout, Holanda, en septiembre de 2007, y en Valencia, España, en noviembre del 2007, a los que asistí en representación del Programa Universitario de Energía (PUE) y de CANACINTRA, me propongo comentar los principales acontecimientos que han tenido lugar en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

 

 

Diferentes pruebas han puesto de manifiesto un nuevo tipo de cambio climático inducido por la actividad humana. Los niveles de dióxido de carbono han aumentado debido a esa actividad y las primeras pruebas de ello salieron a la luz pública en 1979 en la primera Conferencia Mundial Sobre el Clima. Luego, en 1988, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la resolución 43/53 propuesta por el gobierno de Malta, en la que se pedía “la protección del clima para las generaciones actuales y futuras de la humanidad”. En ese mismo año, los órganos rectores de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) crearon el IPCC como un nuevo organismo intergubernamental para evaluar y orientar la información científica sobre este tema.

Desde su creación, el IPCC elaboró una serie de evaluaciones exhaustivas, informes especiales y documentos técnicos, proporcionando información científica sobre el cambio climático a la comunidad internacional, los responsables políticos y la opinión pública. Esta información ha desempeñado un papel importante en las negociaciones realizadas en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y en la instauración del marco político necesario para el tratamiento del cambio climático en los niveles nacionales y regionales.

El IPCC dispone de un grupo de tareas que supervisa el programa de inventarios nacionales de gases de efecto invernadero, el cual tiene como objetivo elaborar y precisar una metodología aprobada a nivel internacional y un programa informático para el cálculo y el informe de las emisiones y remociones. También fomentar la utilización de esta metodología por los países que participan en el IPCC y los signatarios de la CMNUCC.

La Conferencia de las Partes (COP) es el órgano supremo de la Convención Marco que incluye a los países que han ratificado o se han adherido a la CMNUCC. Dispone de grupos para tareas específicas como es la elaboración de escenarios en esta materia en donde la energía juega un papel relevante, razón por la cuál la UNAM ha estado presente en los últimos tres años en las reuniones de trabajo que se han llevado a cabo.

También se invitan a expertos que contribuyen al proceso del IPCC mediante su participación en reuniones de expertos, como es el caso del PUE que ha asistido a las reuniones que se han celebrado sobre escenarios y ha revisado los trabajos que sobre energía se han generado, como fue la última reunión en Holanda.

El grupo de expertos decide si se prepara un nuevo informe, así como su alcance y esquema general. Así sucedió en Valencia, España del 12 al 17 de noviembre de este año, donde la delegación mexicana estuvo formada por el presidente del Instituto Nacional de Ecología (INE), Dr. Adrián Fernández, el asesor del INE, Dr. Edmundo de Alba, y un servidor.

Los reportes se preparan con la participación de un buen número de expertos clasificados como autores, colaboradores y examinadores, y a partir de las candidaturas recibidas por los gobiernos y organizaciones participantes. En el caso de México, el Dr. Adrián Fernández, el Dr. Edmundo de Alba, la bióloga Julia Martínez y el Premio Nobel Mario Molina, son las personas más calificadas en esta materia.

En Valencia, se aprobó el cuarto Informe de Evaluación del IPCC, que está estructurado en tres partes, una para cada grupo de trabajo. Fue una reunión de alto nivel, porque se le dio la difusión de que el IPCC había obtenido el Premio Nobel de la Paz.

 

 

Las principales conclusiones fueron:

 Calentamiento inequívoco. El calentamiento del sistema climático es inequívoco. La temperatura ha subido una media de 0.74°C en los últimos 100 años.

Causas humanas. Las causas son atribuibles a las actividades humanas, que han crecido desde la era preindustrial, con un incremento del 70% entre 1970 y 2004. Las concentraciones de bióxido de carbono, metano y óxido nitroso han aumentado considerablemente y exceden con mucho los valores preindustriales determinados en los testigos de hielo de varios miles de años.

Nivel del mar. Éste ha aumentado una media de 1.8 milímetros cada año, pero desde 1993 se ha incrementado a 3.1 milímetros anuales. Las precipitaciones de nieve se vienen reduciendo desde la década de los 30. La subida del nivel del mar se debe a la expansión térmica y el deshielo de polos glaciares. Se espera que este fenómeno sea el causante de una subida entre 40 centímetros y 1.4 metros antes de 2100.

Sequías. Las sequías vienen au-

mentando desde los años 70. Zonas como la del Mediterráneo son especialmente vulnerables.

Impacto irreversible. Aun actuando con políticas de mitigación, las emisiones de gases de efecto invernadero seguirán aumentando durante las próximas décadas. Dependiendo de la cantidad de gases de efecto invernadero que se sigan emitiendo, el aumento de las temperaturas tendrá un abanico que oscila entre los 1.7°C a los 4.4°C de aumento. El calentamiento antropogénico y el aumento del nivel del mar continuará por siglos debido a las escalas de tiempo asociadas con los procesos climáticos y las retroacciones, incluso si los gases de efecto invernadero se estabilizaran.

Mitigación posible. Existe una amplia variedad de políticas e instrumentos para reducir los gases contaminantes. Contener las emisiones a un rango que permita que las temperaturas no suban más de 2-2.5°C obligaría a invertir un 0.12% del PIB mundial hasta el año 2030.

En lo que respecta al tema de la energía, y que se concentra en el documento Energy Supply in Climate Change 2007, las principales conclusiones son: (1) a corto plazo el mundo no tendrá un desarrollo sustentable; (2) la oferta global de energía seguirá siendo dominada por los combustibles fósiles; (3) para reducir los gases de efecto invernadero se requiere una transición a las tecnologías bajas en emisiones de carbono, tales como renovables, nuclear y captura y secuestro de carbono (CCS, por sus siglas en inglés).; (4) necesidad de una visión integral de la problemática dl impacto de los energéticos en el desarrollo sostenible; (5) planificación integrada de recursos: fuentes, conservación y uso eficiente de energía; (6) trabajar sobre el aspecto tecnológico de la relación entre energía y cambio climático; y (7) implementar normas de consumo energético.

Como reflexión final, y viendo los resultados del Consejo Mundial de Energía que se llevó a cabo en Roma en noviembre de este año, es necesario subrayar que, sin la intervención de los gobiernos de cada país, un programa energía-cambio climático no tendrá resultados. Además, el seguimiento del desarrollo energético en China e India será clave para las políticas de seguridad energética y ambientales en México. Dado que el uso eficiente de energía juega un papel de gran relevancia, CANACINTRA está llevando a cabo un programa ambicioso de eficiencia energética entre sus agremiados y tiene la intención de convocar este año a un foro sobre negocios sustentables.

 

* Es coordinador del Centro de Información del Programa Universitario de Energía de la UNAM y asesor del Comité de Energéticos de CANACINTRA. Ha trabajado en el sector energético por más de 38 años. Ha representado a México en diferentes reuniones internacionales sobre energía y medio ambiente (rggg43@hotmail.com).

 

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos,
editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.