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La situación petrolera mundial dentro de dos décadas

En este fragmento tomado del libro Estados Unidos, Petróleo y geopolítica , los autores prevén que el petróleo mantendrá su predominio durante los próximos 20 años.

MIGUEL GARCÍA REYES* Y GERARDO RONQUILLO JARILLO**

A pesar de las versiones que aparecieron en la década de los setenta en el sentido de que los hidrocarburos dejarían de ser la fuente principal de generación de energía primaria, esto no sucedió. Estas aseveraciones contra los hidrocarburos surgieron a raíz de los avances importantes que se presentaron en esos años en las áreas de la bioingeniería, las telecomunicaciones y la robótica; todo esto, en el marco de la Tercera Revolución Científico-tecnológica de la humanidad. En ese entonces se pensó que en el mediano plazo, gracias a los avances científico-tecnológicos, la sociedad mundial, pero particularmente su parte industrializada, utilizaría cada vez menos el petróleo y el gas, y los sustituiría por fuentes alternas de energía, las cuales son más limpias y al parecer más abundantes, ya que algunas de ellas son renovables.

Entre las energías alternas destacan, por ejemplo, la solar, eólica, de mareas, hidrógeno y nuclear. Sin embargo, hasta el momento todo indica que estas fuentes no han superado en generación de energía primaria a los hidrocarburos. En el caso de la energía nuclear, por ejemplo, ya demostró su incapacidad para convertirse en una fuente que sustituya al crudo y al gas. Las experiencias negativas de Chernobyl, en Rusia, y Three Mile Island, en Estados Unidos, cuestionaron la viabilidad del átomo como generador de energía primaria. Por lo que respecta a otras fuentes alternas de energía, como la solar y la eólica, éstas son muy caras debido a su escasa comercialización. La razón de esto es que las empresas energéticas que manejan dichas fuentes alternas son las mismas que comercializan el petróleo; así, mientras haya crudo barato, estas transnacionales no promoverán energías más limpias.

Por esto se ha aceptado que por lo menos en los primeros 20 años del siglo en curso, el petróleo y el gas seguirán siendo materias primas insustituibles en la generación de energía primaria, sobre todo en los países capitalistas industrializados, como Estados Unidos y Canadá. Ambas naciones, junto con algunas otras de Europa y Asia, a pesar de los esfuerzos que realizan para sustituir al petróleo con el gas u otra energía más limpia, no lo han logrado del todo. Por el contrario, siguen siendo grandes dependientes de los hidrocarburos, por lo que también son grandes contaminadores del medio ambiente.

En la tabla 1 puede observarse la demanda de energía que, tanto por regiones como en las zonas de mayor desarrollo industrial, habrá dentro de 20 años.

Como se puede observar, entre las regiones que más energía consumen diariamente está la norteamericana, que en este caso abarca sólo a Estados Unidos y Canadá. En la tabla 1 se pueden sacar dos conclusiones: la primera, que en la última década ambas naciones han incrementado su consumo de energía, y la segunda, que esta tendencia prevalecerá durante las próximas décadas y será extensiva para el resto de las naciones industrializadas. Es por esta razón que se prevé que en los próximos años Estados Unidos no sólo redoble sus esfuerzos para conformar y controlar en el Hemisferio occidental un bloque energético, sino también que seguirá aplicando una política exterior acorde con sus requerimientos energéticos, que son muchos, para lo cual no escatimará la utilización de métodos militares, como en el caso reciente de Irak.

Indudablemente, son los problemas energéticos que han afectado a este país lo que lo ha obligado a encabezar en las últimas dos décadas una ofensiva para ganar el control del mercado petrolero mundial, el cual, hasta 1986, pertenecía a los países productores, entre los que destacan los miembros de la OPEP. Todo parece indicar que Estados Unidos concluyó con éxito esta tarea en 1998, cuando logró que México, Venezuela y Arabia Saudita formaran una troyka (triple alianza) que, aunque de manera temporal, sustituyó a la OPEP en la labor de promover negociaciones para que se pudiera acabar con la crisis que en ese entonces batía al mercado petrolero mundial. Esta alianza de los tres países, que por cierto son los mayores exportadores de crudo a Estados Unidos, logró sacar del mercado grandes excedentes de crudo que ocasionaban una baja considerable en los precios de esta materia prima.

A partir de entonces, el mercado mundial de los hidrocarburos quedó totalmente bajo el control de los países consumidores, en perjuicio de los productores. Esta misma estrategia, pero en sentido contrario, la utilizó en el 2004, cuando los precios rebasaron los 40 dólares por barril.

En las tablas 2 y 3 se observa la evolución que tendrá en los próximos 20 años el consumo de energía primaria por tipo de energético y la demanda de petróleo que habrá por regiones, respectivamente. El común denominador en las dos tablas es la participación importante que seguirán tendiendo los hidrocarburos en la economía mundial.

En la tabla 2, por ejemplo, se confirma lo siguiente: en primer lugar, que el petróleo en el futuro seguirá siendo fundamental en la generación de energía primaria, a pesar de su naturaleza contaminante, lo que hoy resulta desventajoso para cualquier tipo de combustible. Aquí cabe destacar que con el tiempo la importancia del crudo no ha disminuido a pesar de que sí lo ha hecho su participación en la generación de energía primaria. En segundo lugar, que el gas natural tiene cada vez mayor relevancia, ya que cada vez son más severas las leyes ambientales. Detrás de ambos se ubican el carbón, el átomo y el agua. Todos ellos, junto con el hidrógeno y la fusión, son los combustibles que seguirán generando en menor grado la totalidad de la energía primaria que requiere la sociedad mundial contemporánea para su desarrollo económico.

En la tabla 2 se puede observar que entre las regiones del mundo que incrementarán su participación en la demanda de petróleo dentro de 20 años destaca Asia-Pacífico, con casi siete puntos porcentuales más en su demanda del total del petróleo mundial para 2020, lo que significa que será esta región la que tenga mayor demanda de petróleo. Por el contrario, Estados Unidos y Europa, que también incrementarán su demanda de crudo, pero sobre todo de gas, disminuirán su participación en el mercado internacional de hidrocarburos con cinco y tres puntos porcentuales, respectivamente. Así, mientras la región Asia-Pacífico dentro de dos décadas tendrá un aumento en su demanda de casi 60%, pasando de 21 millones de barriles de petróleo diarios en la actualidad a casi 36 millones en el año 2020, Estados Unidos pasará de una demanda actual de 20 millones de barriles de petróleo diarios a unos 30 millones para el 2020, lo que significará un aumento en su demanda de casi 50 por ciento.

Finalmente, tenemos que detrás de estas regiones altamente desarrolladas, pero muy dependientes de los hidrocarburos, se sitúan las naciones menos industrializadas, las cuales también seguirán incrementando su demanda, aunque no en las dimensiones de sus homólogos desarrollados.

Entre las causas de este incremento en la demanda de petróleo y gas en las economías hoy llamadas emergentes, están el crecimiento demográfico y la escasa comercialización de fuentes alternas de energía, pero sobre todo la ausencia de una normatividad ecológica, lo cual permite el uso de los hidrocarburos que son altamente contaminantes.

* Es ingeniero geofísico de la ESIA del Instituto Politécnico nacional y doctor en Petróleo y Geopolítica de la Universidad Estatal de Moscú, Mijaíl V. Lomonosov. Fue investigador del Colegio de México y actualmente es profesor de Relaciones Internacionales y Geopolítica en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

** Es ingeniero geofísico del IPN y Ph.D. en Geofísica por la Universidad Estatal de Moscú. Ha sido sismólogo y geofísico auxiliar en la compañía CASSA y en Petróleos Mexicanos. Desde 1990 es investigador en el Instituto Mexicano del Petróleo.