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¿Cuáles son las perspectivas para las energías renovables?

El 19 de abril pasado, se publicó en la Gaceta Parlamentaria una iniciativa de ley para el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía, la cual fue suscrita por los integrantes de la Comisión de Energéticos de la Cámara de Diputados. ¿Será posible ahora el despegue de las energías alternas? Cuatro promotores de la energía renovable dieron su opinión sobre el tema.

Miguel Breceda Lapeyre, director del Programa de Energía de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

Desde hace tres décadas, el consumo de energía renovable crece a escala global y ahora se acelera más. México permanece ajeno a esta megatendencia y, contrariamente, la participación de las renovables en la canasta energética (actualmente de entre 10 y 11 por ciento de la oferta total) de nuestro país no sólo ha disminuido en términos porcentuales en los últimos años sino que, de confirmarse los ejercicios oficiales de planeación energética, en el mediano plazo esa participación sería aún menor.

Este desacoplamiento mexicano de la megatendencia no resulta congruente con una de las parábolas planteadas en la doctrina sobre la imparable globalización, que se refiere a la necesidad de que sea el mercado el que oriente todas las políticas del Estado, incluyendo la energética. Nuestra política energética, supuestamente basada en la aceptación de esa parábola, en la práctica no está promoviendo las energías renovables, desaprovechando el gran potencial de desarrollo social que ofrecen. Debemos intentar generar energía eléctrica comerciable a partir de renovables, introducir masivamente calentadores solares de agua para reducir la demanda de gas natural y utilizar sistemas fotovoltaicos en los techos de las casas. Pero en la práctica, hay una terrible maraña de barreras que confirman un verdadero desdén oficial hacia las renovables en nuestro país.

Odón de Buen Rodríguez, presidente de Energía, Tecnología y Educación (ENTE).

La nueva iniciativa de ley es un paso significativo y culmina casi una década de trabajo al interior del sector de energía por encontrar instrumentos de política pública para promover las fuentes alternas. Su redacción, empero, muestra que todavía no se tiene el convencimiento de suficientes actores políticos y económicos, ya que, aunque la iniciativa incluye muchos de los elementos que las prácticas internacionales señalan como necesarios, éstos están definidos de manera vaga y discrecional. Esto pone la lucha por las definiciones importantes en el espacio del reglamento de la ley, de las reglas de operación del fideicomiso y de lo que pueda (ya que así lo plantea la iniciativa de ley) la Comisión Reguladora de Energía (CRE) sacarle a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), esta última con un enorme peso de los intereses que representan-por darle un parámetro de peso relativo- ventas de más de 150 mil millones de pesos al año versus un organismo, como la CRE, que funciona con un presupuesto mil veces menor.

Creo que es necesario, por salud institucional, que esos instrumentos secundarios se abran al escrutinio público, no solo para que no quede en arreglos entre funcionarios públicos, sino para abrirlos a los intereses económicos y sociales emergentes, representados en asociaciones empresariales, grupos ambientalistas serios y colegios y asociaciones de profesionales que tienen intereses reales y muy válidos en el desarrollo cabal de las energías renovables en México.

Carlos Gottfried Joy, presidente de la Asociación Mexicana de Energía Eólica (AMDEE).

México cuenta ya con grupos comprometidos con la implementación de tecnologías renovables. Sin embargo, existen barreras de entrada al mercado energético nacional a las que todas las fuentes renovables se enfrentan y otras que son específicas para el tipo de tecnología y su escala de implementación. El primer grupo de barreras surge en la falta de una reglamentación clara que establezca, por una parte, los derechos y obligaciones de los permisionarios y, por otra, las de sus contrapartes en CFE, Luz y Fuerza, Pemex, etc. La ausencia de reglas y metodologías claras obstaculiza el desarrollo de las renovables en la medida en que las inercias tecnológicas e ideológicas en las paraestatales fomenta una percepción en sus empleados de amenaza doble: la participación privada en los mercados energéticos y la entrada de tecnologías nuevas al sistema eléctrico. El segundo grupo de barreras tiene que ver con la viabilidad económica de cada. tecnología y la falta de mecanismos financieros de largo plazo que favorezcan su implementación al tomar en cuenta los costos por externalidades de tecnologías convencionales. Falta un compromiso por parte del gobierno para facilitar la incorporación de las renovables al plan de desarrollo a largo plazo del país, estableciendo leyes, reglamentos y metodologías justos y claros.

Eduardo A. Rincón Mejía, expresidente de la Asociación Mexicana de Energía Solar (ANES).

Es prioritaria incorporar a la legislación mexicana el concepto de energías renovables y su explotación. Los diputados han presentado una primera versión de esta ley. También se ha elaborado, a últimas fechas, una norma mexicana para rendimiento térmico de captadores solares, con la participación de los industriales. El desarrollo de tecnologías para aprovechar las fuentes renovables constituye una gran oportunidad de negocios. Sólo el uso de las energías renovables puede garantizar el desarrollo sustentable en México, pero es esencial su difusión y el desarrollo de tecnologías más económicas para alcanzar su potencial de su uso masivo por todo el mundo. Sin duda, se podría basar prácticamente todo el sistema energético en las fuentes renovables en el largo plazo.