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Reservas de hidrocarburos

 

Este tema siempre ha sido motivo de polémica, con visiones
optimistas y pesimistas sobre la duración de las reservas.

 

Gerardo BazÁn Navarrete* y Gilberto OrtÍz MuÑÍz**

 

Las reservas de hidrocarburos es un tema de gran interés y controversia, razón por la cual el año pasado Canacintra y el Programa Universitario de Energía (PUE-UNAM) organizaron el Foro sobre Mitos y Realidades de las Reservas en México.

Motivados por las grandes coincidencias entre los trabajos de este foro y el que se presentó en el XX Congreso del Consejo Mundial de Energía, celebrado en Roma, Italia (11–15 de noviembre del 2007) por el Presidente de la empresa petrolera de Arabia Saudita (Aramco), Abdalah S. Jum’ah, nos propusimos escribir este artículo.

La discusión del tema de reservas tanto mundiales y nacionales cobró relevancia en los años setentas, cuando el Club de Roma pronosticó, como parte de una discusión sobre los límites del crecimiento económico, una rápida declinación de los recursos naturales que podría dirigir al mundo hacia un caos socioeconómico. Por fortuna, la fecha que se pronosticó para la terminación de los recursos pasó y no hubo funestas consecuencias.

De la misma manera, en las últimas tres décadas surgieron grupos que plantearon que el petróleo mundial estaba en fase de declinación. Se formó, por ejemplo, la Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo, dirigido por Colin Campbell. Sus fechas fatales tampoco se cumplieron.

 

 

Las estimaciones de recursos convencionales del petróleo, en términos de las reservas todavía no descubiertas, ha mantenido una tendencia positiva, incrementándose desde un millón de millones de barriles en 1940 a cuatro millones de millones de barriles en la actualidad. Este tipo de información se puede validar en publicaciones de BP y del Departamento de Energía de Estados Unidos. La gráfica a continuación proporciona el dato publicado por el Departamento de Energía en su última publicación Panorama Energético Internacional del año 2007.

El trabajo del Presidente del Consejo Mundial plantea que la cantidad de petróleo que todavía está en el subsuelo se ubica entre 6 y 8 millones de millones de barriles dependiendo del escenario que se maneje. En cuanto a petróleo no convencional, los valores que se proponen son de entre 13 y 16 millones de millones de barriles. Con fines comparativos, el mundo ha consumido en toda su historia un millón de millones de barriles de petróleo, o sea, una cifra equivalente a entre 7 y 9% de los recursos que quedan todavía en el subsuelo. En cuanto a reservas probadas a nivel mundial, se estima que éstas se ubican entre 1.2 y 1.3 millones de millones de barriles.

Otro factor relevante es la cantidad de petróleo que queda en los yacimientos durante su explotación. Se recupera a nivel mundial sólo el 35% del petróleo en un yacimiento y dejamos aproximadamente el 65% en el subsuelo. Cada 1% de mejora en esa tasa de recuperación puede significar 80 mil millones de barriles adicionales de petróleo que pueden ser recuperados y, por lo tanto, el reto tecnológico es muy interesante.

 

LA SITUACIÓN EN MÉXICO

En el caso de México, ha habido cambios en las reservas petroleras entre 1998 y 2005, que son muy significativos y que reflejan la falta de inversión en exploración que ha reducido el valor de relación recursos/producción (R/P). Cabe aclarar, que si sólo se toman las reservas probadas de petróleo (11.83 mil millones de barriles), el R/P es 9.7 años. Esta cifra parece baja, pero en realidad no lo es. No es conveniente invertir una gran cantidad de recursos económicos en exploración para incrementar sin límite este valor, ya que cuando hay altas cifras de reservas probadas, los recursos son improductivos. Lo importante es mantener el valor de R/P en un rango adecuado a lo largo del tiempo, incorporando suficientes nuevas reservas para reemplazar la extracción del crudo realizado en el año. Las grandes empresas petroleras privadas mantienen un R/P de entre 10 y 15 años.

 

 

Las cifras de las reservas de hidrocarburos han sido objeto de polémicas, desde luego no solamente en México. Pero tal vez en nuestro país ahora son más intensas, porque en años recientes, en el contexto de las nuevas exigencias financieras que acompañan a la globalización, Pemex ha sido obligado a realizar dos cambios mayores en las definiciones y estadísticas de sus reservas de hidrocarburos.

En su quinto informe de gobierno, el Presidente Vicente Fox anunció la más reciente evaluación del potencial petrolero de México, fundamentalmente concentrado en las aguas profundas del Golfo de México con una cifra muy importante de recursos prospectivas por 54 mil millones de barriles de petróleo crudo equivalente. Este informe generó proyecciones de que, con los suficientes montos de inversión y las adecuadas tecnologías, México podría elevar su producción a 4.7 millones de barriles diarios o más.

Durante el gobierno del presidente Zedillo, Pemex aceptó revisar las cifras de sus reservas adoptando las nuevas definiciones, así como los criterios y lineamientos, del World Petroleum Congress (WPC) y la Society of Petroleum Engineers (SPE). Esta medida implicó abandonar las definiciones que estuvieron vigentes desde el auge de los años setenta.

Las reservas probadas de petróleo y gas natural son aquellas cantidades estimadas de petróleo crudo, gas natural y líquidos del gas natural, que los datos geológicos y de ingeniería demuestran con certeza razonable ser recuperables en el futuro de los yacimientos conocidos bajo las condiciones económicas y operativas existentes, es decir, precios y costos a la fecha de estimación. Las reservas probadas son estimadas por el personal técnico de PEP usando métodos estándar, tanto geológicos como de ingeniería, generalmente aceptados por la industria petrolera.

Las revisiones, de acuerdo a las nuevas definiciones y con los nuevos lineamientos de cálculo, disminuyeron la reserva probada en más de 16 mil millones de barriles de crudo, pero ello no significó que ese enorme volumen desapareciera como si la riqueza del subsuelo mexicano hubiera sido una ficción inventada en los años del auge. Lo que ocurrió fue que esos más de 16 mil millones de barriles fueron reclasificados en dos nuevas categorías: 9 mil millones pasaron a la condición de reservas probables y casi 7,500 millones de barriles fueron trasladados a la categoría de posibles.

En 2003, Pemex adoptó los criterios y lineamientos de la Securities and Exchange Commission (SEC), institución reguladora de las emisiones de bonos en las bolsas de valores de los Estados Unidos, cuyos criterios de clasificación están relacionados fundamentalmente con los problemas de liquidez de las entidades que pretenden fondearse. Así, la SEC sólo reconoce como probadas las reservas de los campos que se encuentran en desarrollo, es decir que están explotando, que están produciendo en el momento de la evaluación. Lo anterior es lo único que garantiza la existencia de un flujo efectivo que respalde las inversiones de los compradores de bonos en el mercado de dinero norteamericano.

El indicador “reservas–producción”, al medir la duración de las actuales reservas probadas al ritmo de la producción del año anterior, no resulta ser muy útil. Supone que la demanda no se modificará en el futuro, es decir, que el consumo interno y las exportaciones se mantendrán inmutables; supone también que ya no se presentarán incrementos de las reservas como resultado de mejoras técnicas y finalmente que ya no se descubrirá ningún nuevo campo. Siendo director de PEP, el ingeniero José Antonio Ceballos Soberanis explicó que “la relación reservas–producción es una medida poco realista para pronosticar el agotamiento de los hidrocarburos… no considera ni los nuevos yacimientos por encontrar, ni que la producción de los campos declina” (discurso en el Congreso de la AIPM, Mérida, Yuc., marzo 1999).

De acuerdo a los análisis realizados por México, aunque hay dos corrientes de opinión (pesimistas y optimistas), sólo se ha explotado un 20% de la superficie del territorio nacional, existiendo  buenas posibilidades de encontrar cantidades importantes de petróleo.

 

CONCLUSIONES:

l Las reservas petroleras mundiales y nacionales han sido objeto de grandes discusiones que empezaron con la publicación de teorías optimistas y pesimistas en los años 70’s. En la discusión del tema es común que se manejen aspectos políticos y financieros que llevan a una “contaminación” de la información disponible.

l Con base en un el consumo mundial de petróleo que se sitúa hoy en 86 millones de barriles por año, con el escenario conservador que presenta el Presidente de Aramco nos quedan, teóricamente –suponiendo que todo ese petróleo sea accesible y recuperable–, reservas para 100 años. En algunos escenarios ya mencionados, la duración sería aún mayor.

l Las reservas son relativamente grandes, pero además existen grandes áreas no exploradas y yacimientos no convencionales en el mar, todavía no cuantificados.

l Entre los esquistos bituminosos de la Cuenca del Orinoco, Venezuela y las arenas bituminosas en la provincia de Alberta, Canadá, se tienen del orden de 2 millones de millones de barriles de crudo superpesado, que corresponden al doble de las reservas probadas de petróleo a nivel mundial.

l Los principales estudios de prospectiva obtienen que la oferta energética seguirá proviniendo mayoritariamente del petróleo y gas, y la demanda de hidrocarburos seguirá aumentando. Aun cuando hay abundantes reservas, el gran desafío será poder producirlas en volúmenes suficientes y a costos razonables para satisfacer esa demanda, sobre todo considerando que el acceso a la mayor parte de las reservas no es fácil e implica grandes retos tecnológicos. También existe un fuerte cuestionamiento ambiental sobre la conveniencia de seguir basando el consumo energético mundial en los hidrocarburos.

l No obstante, las estimaciones de la base de recursos del petróleo y gas han aumentado gracias a que se cuenta ahora con acceso a nuevas zonas y nuevas tecnologías.

 

*Coordinador del Centro de Información del Programa Universitario de Energía de la UNAM (rggg43@hotmail.com). **Miembro del Consejo Químico y del Comité de Energéticos de Canacintra (ortizyasoc@prodigy.net.mx).

 

 

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos,
editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.