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Regresar a la lista artículos | Inicio Contra la toma de pozos petroleros No se trata de estar en contra de las demandas sociales justas, pero hay que castigar duramente la forma ilegal y retrograda de hacer las mismas, cuando interrumpe el suministro vital de energéticos ALVARO RÍOS ROCA* La energía mas cara que aquella que no se tiene, dice un popular adagio energético. No hay progreso, ni bienestar asegurado sin acceso a un suministro confiable y seguro de energía, dice otro adagio de la industria. Así es. El ser humano, camino a la modernidad, se ha hecho cada vez más dependiente del consumo de energía y es prácticamente imposible prescindir de su uso. Con este preámbulo, queremos empezar esta entrega, en vista de algunos acontecimientos de toma de campos y plantas y cierre de válvulas, que se están dando desde hace algún tiempo, principalmente en América del Sur. En Ecuador, se han reanudado las exportaciones estatales de aproximadamente 144,000 barriles por día de crudo, que se suspendieron casi totalmente el 18 de agosto pasado. Esto ante una crisis generada por una huelga biprovincial de comunitarios que afectó drásticamente la producción petrolera de ese país. Petroecuador, la empresa estatal, se vio obligada a declarar "fuerza mayor", para así evitar castigos y penalidades de los compradores, cuando se interrumpió el suministro. En Argentina, sindicalistas tomaron las instalaciones y paralizaron la producción de tres plantas de Repsol YPF en el norte de la provincia de Santa Cruz. La medida de fuerza provocó el cierre de válvulas en los yacimientos petroleros ubicados en Cañadón Seco, Pico Truncado y Las Heras. La situación se vio agravada cuando en estas plantas, se procesa no solo el petróleo que extrae Repsol YPF, sino también el de varias empresas que operan en la zona y por lo tanto son consideradas estratégicas en el suministro del energético. En Bolivia, los acontecimientos políticos y sociales de los meses de mayo y junio del presente año se vieron acompañados por la toma de campos y el cierre de válvulas de algunos campos de petróleo y gas. Estos hechos, no solo preocuparon al país, sino también a Brasil, adonde se despachan diariamente alrededor de 23 millones de metros cúbicos diarios, con lo cual se genera gran parte de la capacidad térmica en el vecino país. Felizmente, el incidente no provocó mayores perturbaciones en el mercado local ni de Brasil ni de Argentina. En Perú, la toma de distritos y centros de producción minera se ha dado con bastante frecuencia y podría muy rápidamente cundir al sector energético, que se ha visto expuesto ante el desarrollo del proyecto de Camisea y la posibilidad de iniciar proyectos de exportación de gas natural licuado a México y al sur del continente. Muy fácilmente podemos darnos cuenta que no es lo mismo cortar el flujo de suministro de un mineral que el de gas natural, independientemente del perjuicio económico que ambos acarrean. ¿Cómo analizaran este tema en México, donde Perú tiene la mejor opción económica para colocar el gas de Camisea? Estamos plenamente convencidos que existen justos y valederos reclamos de reinvincacion en toda Latinoamérica, para así lograr una mayor inclusión social. Una gran mayoría se ha visto siempre excluida y marginada y el beneficio de las reformas estructurales no les ha llegado. La comunidad internacional, los gobiernos y la sociedad en su conjunto debemos trabajar para disminuir estas injustas diferencias y para ello no es viable únicamente trabajar en el plano comercial, como se ha querido imponer. En el otro extremo, queremos hacer reflexionar para que los gobiernos de la región puedan manifestar una voluntad política conjunta, sumada a condenar y castigar severamente a todos aquellos que interrumpan los suministros de energía. No se trata de estar en contra de las demandas justas, pero debemos estar en contra de la forma ilegal y retrógrada de hacer las mismas, que hacen retroceder a los países y a la región en su conjunto. Ahora que los presidentes de América del Sur han establecido una agenda para una mayor integración con gas natural principalmente, con el gasoducto suramericano y otros proyectos, es preciso que este tema de la inseguridad de abastecimiento, provocada por la acción de fuerza de cualquier grupo social o sindical, sea visto y condenado en forma enérgica y multilateralmente. Es vital asegurar oferta de gas natural y de energía de varios lugares o países y atender los diferentes mercados que existen en la región. Esto es, trabajar en un mercado integrado que debe encontrar su impulso en los altos precios del petróleo. Empero, si no podemos poner orden en la continuidad y seguridad de suministro de energía y de gas natural en particular, previniendo, condenando y castigando sucesos como los comentados, no habremos avanzado un ápice en la tan mentada integración energética. *Es gerente general de Mediterrenean Energy, consultoría energética con sede en Lima, Perú. Fue ministro de hidrocarburos de Bolivia. ( alvaro.rios@mediterreneanenergy.com )
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