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Fortalecer a empresas mexicanas en la construcción de plataformas marinas

Estas obras son grandes impulsores del desarrollo nacional. Para que sean mexicanas las empresas que las realizan, sólo se requiere que se cumpla lo que establecen nuestras leyes.

LUIS PUIG LARA*

La industria de la construcción de plataformas marinas para la industria petrolera nació en nuestro país en los años sesenta y desde 1978 ha construido 160 estructuras para su instalación en las zonas costafuera, principalmente en la Sonda de Campeche. Actualmente, se cuenta con 10 patios en Tampico y Tuxpan con una capacidad para construir 118 mil toneladas, equivalente a aproximadamente 16 plataformas, anualmente.

Por el valor de las obras, la construcción de plataformas marinas se convierte en un verdadero motor de la economía nacional. Este impulso al desarrollo nacional se podrá incrementar si Petróleos Mexicanos (Pemex), como resultado de sus procesos de licitación y asignación, contrata empresas nacionales para realizar las obras, generando beneficios tan importantes como:

(1) la creación de empleos directos bien remunerados;

(2) la reactivación de empresas de servicios

(3) la generación de empleos indirectos en industria, comercio y servicios; y

(4) la captación de impuestos que se aplican a obras de desarrollo social.

En el pasado cercano, muchos de estos proyectos eran otorgados a empresas extranjeras, porque en el país no siempre se contaba con la capacidad necesaria para garantizar el éxito de los mismos. En los últimos tiempos, sin embargo, las empresas nacionales han ganado la mayoría de las obras, a pesar de participar con algunas desventajas evidentes, ya que poseen el conocimiento y experiencia para su desarrollo.

Es satisfactorio observar que los patios nacionales cuentan con trabajo al haberse beneficiado del programa de Pemex para licitar 46 plataformas marinas con un valor cercano a los 3 mil 200 millones de dólares. Hasta la fecha, 32 de estas obras han sido adjudicadas y las empresas nacionales se han visto beneficiadas con alrededor del 85% de las mismas. Se calcula que la construcción de estas plataformas implicará un requerimiento de 280,700 toneladas de acero, entre tuberías, perfiles, bridas, conexiones y válvulas, lo cual es sólo uno de los aspectos del derrame económico que se genera y que conviene arraigar en el país.

Mirando hacia el futuro, Pemex necesitará otras 100 plataformas o más en la próxima década, por lo que es aconsejable actuar para fortalecer a esta industria nacional y asegurar que ya no compita con desventaja en los concursos frente a los constructores de otros países. Por lo tanto, sin pecar de proteccionismo, la Cámara Mexicana de la Construcción (CINC) solicita a Pemex que tome en cuenta tres preceptos ineludibles al aplicar la Ley de Obras Públicas en toda su extensión:

Respaldo a mexicanos

• Empleo de recursos humanos, bienes o servicios mexicanos, como se especifica claramente en los artículos 29 y 30 de la Ley.

• Estos artículos regulan la participación extranjera, para permitir el desarrollo de nuestras empresas y la protección de la planta productiva.

• No se trata de una protección ciega, sino de una protección de empresas (y en consecuencia, de empleos) con capacidad probada.

• Con relación al mismo Artículo 30, también es necesario preguntarnos si los países cuyas empresas participan en México, permiten a empresas mexicanas participar en las mismas condiciones para proyectos similares.

Igualdad de condiciones

2. Participación en igualdad de condiciones. Como se especifica en los artículos 27 y 28, esto implica no solamente los mismos requisitos de tiempo y forma, sino también:

• Idénticas oportunidades de financiamiento.

• Idéntica carga fiscal.

• Idénticas obligaciones obrero-patronales.

En la actualidad, estos tres conceptos representan para las empresas mexicanas una carga superior al 21.5% del valor de venta de cada proyecto, lo que se convierte en una desventaja flagrante.

Para considerar igualdad de condiciones, un arancel compensatorio del mismo orden podría aplicarse, o bien analizar sus ofertas con un porcentaje adicional de al menos un 21.5% para fines comparativos.

Ofrecer las mejores propuestas

3. Asegurar al Estado las mejores condiciones en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes, como se especifica en el artículo 28.

Como hasta ahora, en los procesos de licitación, no se ha considerado lo anterior al ganar una empresa extranjera, no se ha asegurado al Estado las mejores condiciones disponibles en cuanto a precio, calidad, financiamiento, oportunidad y demás circunstancias pertinentes, contraponiendo con ello la Ley.

El impacto en el empleo

De manera directa, este tipo de proyectos genera alrededor de 800 empleos cada uno por un período mínimo de tres años, representando el 28.5% de cada proyecto las percepciones brutas de los trabajadores, o bien el 17.8% las percepciones netas. Se estima, además, que de manera indirecta se generan 4,000 empleos adicionales, por lo que el impacto en la generación de empleos por proyecto, es de 4,800 jefes de familia con ingresos garantizados por 3 años, es decir 24,000 personas que tendrán recursos para su sustento económico y desenvolvimiento durante estos tres años (con base en 5 personas por familia).

Considerando 46 proyectos en total, el impacto en el empleo, si fueran empresas nacionales las contratadas en todos los casos, sería de 220,800 empleos y cuando menos 1'104,000 personas con seguridad económica garantizada. Conforme a la distribución de las licitaciones previstas por Pemex, el impacto en la generación de empleos abarcará un periodo de cinco años.

Factor de impulso al desarrollo nacional

Adicionalmente, el retorno de capital descrito en párrafos anteriores sirve para financiar otros proyectos de desarrollo social y generar más empleos, como en el caso de la construcción de carreteras, escuelas, obras hidráulicas, así como en términos de apoyos al campo.

Sólo se requiere un poco más del apoyo por parte del gobierno federal para que las empresas mexicanas sean las que dominen en este sector industrial, como ya lo ha venido demostrando el programa de construcción de plataformas instrumentado por Pemex durante el presente gobierno. Se ha comprobado que las empresas nacionales cuentan con la capacidad, tecnología y experiencia necesarias para competir en las grandes ligas. Finalmente, permitir que este tipo de obras se vaya al extranjero es una mala decisión, ya que implica la pérdida de grandes oportunidades de desarrollo para el país.

*Ingeniero químico, egresado de la ESIQIE del Instituto Politécnico Nacional. Trabajó 29 años para la industria petrolera estatal (Pemex), jubilándose en 1998 como director general de Pemex Petroquímica, donde participó activamente en los procesos de desincorporación de este sector. Actualmente, es consultor en materia de energía y medio ambiente a través de su empresa Consultores Empresariales Puig, S.C. Es consultor del Grupo Diavaz y vicepresidente nacional de Hidrocarburos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (cempu1@aol.com).