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Reglamentar las gasolinas

 

¿Por qué hay tanto empeño en reglamentar el gas LP y tan poco interés
de las autoridades del sector por frenar el mercado ilícito de combustibles?

 

JOSÉ ANTONIO BELTRÁN MATA *

 

Recientemente se ha generado un importante debate sobre la conveniencia de las modificaciones propuestas por la Secretaría de Energía (Sener) al Reglamento del Gas Licuado del Petróleo (gas LP). La autoridad sectorial ha declarado que entre los objetivos que se pretenden están, por un lado, promover la libre competencia y, por otro, tener esquemas de verificación y vigilancia más eficaces tanto en los sistemas de transporte y almacenamiento, como de distribución de gas LP.

Lo anterior llama la atención si nos ocupamos del tema de combustibles líquidos –gasolinas, diesel, combustóleo, turbosina y asfaltos–, ya que hay que destacar que en este rubro desde el año de 1998 no existe marco normativo o regularización alguna que lo controle. Efectivamente sobre combustibles líquidos no existe reglamento alguno. Por ende, no hay autoridad competente que la supervise. Por lo tanto, nos debiéramos preguntar, ¿por qué no le preocupa a las autoridades?

Recordemos que, gracias a persistentes denuncias, a partir de año 2001 Petróleos Mexicanos (Pemex) y otras autoridades vinculadas con el proceso comercial de hidrocarburos líquidos, aceptan que surgió un mercado ilícito de combustibles “in crescendo” como resultado de los cambios a los esquemas existentes hasta 1998 en materia de comercialización de refinados.

Por este concepto, al inicio de 2003, se consideraba una pérdida del mercado superior a 12 mil millones de pesos. Para abatirlo, se homologaron los precios en la frontera y se introdujeron novedosos esquemas a fin de evitar que el diesel marino se comercializara como Pemex Diesel. Se incrementó la vigilancia en las aduanas y se planteó una mayor supervisión de los permisos de importación para, en apariencia, evitar la entrada de productos que son utilizados en la adulteración de gasolinas y diesel.

Las fuentes del mercado ilícito de combustibles son muy variadas y van desde la sustracción de grandes volúmenes en las tomas clandestinas utilizando autotanques, hasta la adulteración “lícita” en terminales de almacenamiento de combustibles propiedad de compradores para reventa de Pemex Refinación. Los destinos del mercado ilícito van desde las estaciones de servicio en operación o cerradas e intermediarios relacionados contractualmente con Pemex que manejan grandes volúmenes hasta expendios clandestinos que almacenan los productos en tambos de 200 litros y que operan en forma abierta y supuestamente en forma legal.

 

 

Mientras el gas LP tiene 18 normas oficiales mexicanas y dos autoridades responsables, –la Sener y la Comisión Reguladora de Energía-, las gasolinas, diesel y otros productos refinados se comercializan sin que haya responsable en controlar su proceso comercial, lógicamente en perjuicio directo del usuario final.

Ante la duda de por qué no le preocupa a las autoridades el caos en la comercialización de los combustibles líquidos, esperemos que sólo sea porque la solución implica que los funcionarios de la Sener y los representantes de Petróleos Mexicanos deben ratificar las obligaciones adquiridas de custodia leal del patrimonio petrolero nacional, adoptando nuevos marcos regulatorios que puntualicen políticas públicas de largo plazo y garanticen el interés público. Es una tarea necesaria, pero quizás difícil de implementar.

 

*Ha sido asesor de la Presidencia de la República en materia de política internacional. Es fundador y presidente vitalicio de la Asociación Nacional de Distribuidores en Combustibles y Lubricantes (ANDICOLUB). Es autor de varios  libros, entre ellos, “La estructura comercial en Petróleos Mexicanos” y “México, crónica de los negros intereses del petróleo” (beltran30@hotmail.com).

 

Energía a Debate es una revista bimestral de análisis y opinión de temas energéticos, editada por: Mundi Comunicaciones, S.A. de C.V.